¿CÓMO DEBERÍA TRADUCIRSE JUAN 1:1?

“En el principio, la Palabra era, y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era un dios”
—Traducción del Nuevo Mundo, 1987

“En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios”
—Reina Valera, 1960

La traducción “el Verbo era Dios” se justifica según el dogma trinitario, el cual dice que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son tres Personas Divinas que coexisten “en la unidad de la Deidad, Trina y Una”. En este artículo se analizará si es gramatical y contextualmente correcto traducir Juan 1:1c de la manera tradicional.

Introducción al griego koiné

Juan 1:1 en el idioma original se escribe de la siguiente manera:

en arch hn o logoV kai o logoV hn proV ton qeon kai qeoV hn o logoV

El apóstol Juan lo escribió en griego koiné, es decir, común, el cual vino a ser el resultado de las conquistas de Alejandro Magno. Y a medida que iba difundiéndolo a los pueblos conquistados, se nutría de palabras semíticas, que le daban su especial particularidad. En tiempos apostólicos, fue el idioma más difundido y utilizado para dar a conocer el mensaje cristiano en el mundo aquella época. Tres siglos antes de Cristo, las Escrituras Hebreo-arameas ya habían sido traducidas al koiné en una versión denominada Septuaginta o Versión de los LXX. Los judíos que vivían fuera del territorio de Israel hicieron uso de esta cuando habían perdido su lengua de origen (hebreo o arameo). Además, fue utilizada por los apóstoles en las cartas que enviaban a las congregaciones.

El koiné es una lengua flexiva, es decir, que sus palabras cambian de forma de acuerdo a la función que cumplen en la oración. Por ejemplo, si un sustantivo está cumpliendo la función de objeto directo es diferente de cuando éste es sujeto de la oración. En esta lengua no existe el artículo indefinido, sólo artículo definido. Tal artículo también se flexiona de acuerdo al caso en que se encuentra, ya sea en el caso nominativo (generalmente sujeto), acusativo (objeto directo), genitivo y dativo (objeto indirecto).

Ejemplos de artículos definidos

Artículo definido masculino en singular:

o -> nominativo

ton -> acusativo

tou -> genitivo

tw -> dativo

Artículo definido masculino en plural:

oi -> nominativo

touV -> acusativo

twn -> genitivo

toiV -> dativo

Artículo definido femenino en singular:

h -> nominativo

thn -> acusativo

thV -> genitivo

th -> dativo

Artículo definido neutro en singular:

to -> nominativo

to -> acusativo

tou -> genitivo

tw -> dativo

En griego, el artículo definido neutro se usa para sustantivos que son objetos o algunas palabras que no denotan una persona, como el espíritu santo (to pneuma agioV).

En español, todas estas flexiones se traducen igualmente el, la o lo con sus respectivos plurales.

Ahora veamos las flexiones para “dios” (qeoV) y “palabra” (logoV) ambos en singular:

qeoV -> nominativo

qeon -> acusativo

qeou -> genitivo

qew -> dativo

qee -> vocativo

logoV -> nominativo

logon -> acusativo

logou -> genitivo

logw -> dativo

loge -> vocativo

Para efectos de traducción, todas estas flexiones solo significan “dios” y “palabra” respectivamente. El caso genitivo podemos ilustrarlo con este ejemplo:

ologoV tou qeou

La Palabra de  Dios

o logoV qeou

La Palabra de [un]  dios o de Dios.

El caso vocativo es de invocación, o una llamada dirigida:

qee mou qee mou nati me egkatelipeV

Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?

El caso dativo podemos ilustrarlo así:

ego legw qew
yo    hablo  para Dios

Veamos las flexiones para el plural de qeoV:

qeoi -> nominativo

qeouV -> acusativo

qewn -> genitivo

qeoiV -> dativo

El hecho de que las palabras en griego se flexionen de esta manera, permite que el orden de las palabras en una oración no sea por necesidad secuencial. En español, el orden secuencial de las palabras es fundamental para reconocer el sujeto y el predicado. Sin embargo, esto no es así en el griego.

Será útil tomar en cuenta las flexiones del verbo eimi de acuerdo a la persona:

eimi -> soy

ei -> tú eres

estin -> él es

este -> ustedes son

eisin -> ellos son

ei también es usado para la condicional “si”.

Veamos el siguiente ejemplo con el verbo “ver” en presente del indicativo en tercera persona (blepei):

blepei o logoV ton qeon

Por la flexión reconocemos las partes de la oración:

o logoV (sujeto)

blepei (verbo)

ton qeon (objeto directo)

La traducción literal que coloca el orden correcto de las partes de la oración en español es: el logos ve el dios. Para que tenga sentido en español debemos insertar la partícula “a”, que se utiliza cuando un objeto directo es persona o personificación. En griego no hay tal diferenciación entre objeto directo personal e impersonal. Entonces la oración quedaría así: el logos ve [a] el dios.

Generalmente el artículo definido delante del sustantivo qeoV se usa para designar al Dios Supremo. El artículo definido no siempre se traduce literalmente. En este caso ton esta cumpliendo la función de identificar y señalar a la persona a quien comúnmente se le designa qeoV. Entonces, nuestra traducción simplemente colocaría en mayúscula ton qeon, y nuestra traducción final es: el logos ve [a]  dios.

Este ejemplo muestra que una traducción “exactamente literal” no es siempre posible, si es que deseamos darle sentido a la oración. En muchos casos hay que insertar alguna partícula o palabra adicional que de sentido a la oración.

La estructura de Juan 1:1

En Juan 1:1b tenemos:

o logoV hn proV ton qeon

el logos  estaba  con  el  dios          [traducción literal]

Con el ejemplo anterior estamos preparados para traducir esta oración tal como: “la Palabra estaba con Dios”. Una pregunta importante es: ¿siempre se designa al Dios Supremo con el artículo definido?

Es común en griego que un sustantivo definido carezca de artículo. Esto significa que en muchos pasajes bíblicos encontraremos que para nombrar a Dios, aparezca qeoV sin artículo. El artículo en este caso queda implícito en virtud del contexto. Los siguientes textos ilustran esto:

“Si eres Hijo de Dios (ei uioV ei tou qeou), ¡baja del madero de tormento!” (Mateo 27:40).

“Porque ha dicho: «Soy Hijo de Dios» (gar oti qeou eimi uioV)” (Mateo 27:43).

En ambos ejemplos se trata del Hijo de Dios. En Mateo 27:40 se usó el artículo y en Mateo 27:43 se omitió. Sin embargo en este último el artículo estaba implícito: gar oti [tou] qeou eimi uioV.

No siempre un qeoV sin artículo es definido; podría denotar indefinición y esto se da en muchos casos. Un sustantivo se dice que es definido cuando señala una identidad, un sustantivo es indefinido cuando es miembro de una clase. El artículo definido delante del sustantivo hace a este definido, pero su omisión puede denotar indefinición según el contexto. Veamos este versículo:

“Pero él, sacudiendo la víbora en el fuego, ningún daño padeció. Ellos estaban esperando que él se hinchara o cayera muerto de repente; pero habiendo esperado mucho, y viendo que ningún mal le venía, cambiaron de parecer y dijeron que era un dios. (elegon qeon auton einai ). (Hechos 28:5, 6)

En este ejemplo vemos que qeon está sin artículo y el contexto no permite que asumamos que el artículo definido está implícito, porque es a Pablo a quien se le está designando como dios. Para los gentiles, Pablo en virtud de su poder, era visto como uno de los tantos dioses que ellos adoraban. Lo veían como “un dios”, un miembro de la clase qeoV. El artículo indefinido debe insertarse en este caso.

Ahora podríamos preguntar si o qeoV siempre denota al Dios Todopoderoso. Para responder a esta pregunta, veamos el siguiente texto:

“Entre los incrédulos, a quienes el dios de este mundo (en oiV o qeoV tou aiwnoV) les cegó el entendimiento, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios”. ( 2 Corintios 4:4 — Reina Valera 1995).

En este texto se observa que la función del artículo es señalar e identificar al ser maligno que controla el mundo, a quien el apóstol Pablo llama el dios (o qeoV) de este mundo”. Este título se le otorga a Satanás en virtud del poder y dominio que tiene sobre la tierra. Otros textos ayudan a confirmar este poder:

“Ahora es el juicio de este mundo; ahora el príncipe de este mundo será echado fuera” (Juan 12:31 — RV 1995)

Con estas citas podemos entender que el título “dios”, designado a Satanás, le da una connotación de poder y no de identidad con el Dios verdadero. A los jueces humanos de Israel, Dios los llamaba “dioses”, en virtud de su autoridad para ejecutar juicios según la ley de Moisés. Esto se ve en el Salmo 82:1, 6:

“Dios se levanta en la reunión de los dioses; en medio de los dioses juzga. Yo dije: Vosotros sois dioses  y todos vosotros hijos del Altísimo” (RV — 1995).

El mismo Jesús citó del Salmo 82:6 cuando los líderes religiosos judíos lo acusaron:

“Le respondieron los judíos, diciendo: Por buena obra no te apedreamos, sino por la blasfemia, porque tú, siendo hombre, te haces Dios. Jesús les respondió: ¿No está escrito en vuestra Ley: “Yo dije, dioses sois”? Si llamó dioses a aquellos a quienes vino la palabra de Dios (y la Escritura no puede ser quebrantada), ¿al que el Padre santificó y envió al mundo, vosotros decís: “Tú blasfemas”, porque dije: “Hijo de Dios soy”?” (Juan 10:33-36 — RV 1995)

La mayoría de las traducciones vierten de la misma manera que la versión Reina Valera el versículo 33: porque tú, siendo hombre, te haces Dios”. ¿Estaba Jesús identificándose con Dios mismo? Veamos la traducción literal:

oti su anqrwpoV wn poieiV seauton qeon

porque   tú   hombre  siendo  te haces  tu mismo  dios

El  sustantivo dios está en acusativo sin artículo y el contexto debe determinar si es definido o indefinido. La respuesta que Jesús da usando Salmo 82:6 que designa “dioses” a jueces humanos, permite interpretar que Jesús se clasifica como “un dios” en virtud de ser el de mayor rango por ser Hijo de Dios. Note que él usa este texto para enfatizar que es Hijo de Dios y no Dios. Por lo tanto, es más razonable pensar que los judíos lo acusaban de hacerse “un dios”, o uno como Dios, y no el mismo Dios. Hay quienes insisten en que los judíos lo acusaron de blasfemo porque Jesús se autodenominaba Jehová, el Dios Todopoderoso. Esta afirmación carece de fundamento porque los líderes judíos afirmaron en Juan 19:7: “Nosotros tenemos una ley y, según nuestra ley, debe morir, porque se hizo a sí mismo Hijo de Dios”.

El llamarse Hijo de Dios implicaba para los judíos que Jesús era un ser divino, un miembro de la corte celestial. Por las palabras de Jesús referente a su persona y su íntima relación con Dios, al llamarlo Padre, ellos entenderían que él era primogénito de estos hijos, el mayor. Los líderes religiosos que lo acusaban estarían familiarizados con los siguientes textos de Job 38:4-7:

“¿Dónde estabas tú cuando yo fundaba la tierra? ¡Házmelo saber, si tienes inteligencia! ¿Quién dispuso sus medidas,si es que lo sabes? ¿O quién tendió sobre ella la cuerda de medir? ¿Sobre qué están fundadas sus bases? ¿O quién puso su piedra angular, cuando alababan juntas todas las estrellas del alba y se regocijaban todos los hijos de Dios?”

De este pasaje se desprende que antes que Dios terminara de formar la Tierra, ya existían hijos de Dios que observaban este acontecimiento. Es evidente que estos hijos eran seres celestiales, ángeles.

No sólo Dios posee divinidad

Antes de citar los textos que prueban la divinidad de los ángeles veamos según la Nueva Enciclopedia Católica online el significado de la palabra hebrea elohím:

Elohim es el nombre común para Dios. Es una forma en plural, pero el uso de la lengua no provee soporte a la suposición que en la forma en plural de elohím aplicada al Dios de Israel tenemos los restos de un politeísmo primitivo, o cuando menos una combinación con los seres espirituales más elevados» (Kautzsch). Los lingüistas lo llaman plural de majestad o rango, o de abstracción, o de magnitud (Gesenius, Grammatik, 27th ed., nn. 124 g, 132 h). El plural etíope amlak ha llegado a ser un nombre apropiado para Dios. Hoffmann ha hecho notar un plural análogo elim en las inscripciones fenicias (Ueber einige phon. Inschr., 1889, p. 17 sqq.) y Barton ha demostrado que en las tabletas de El-Amarna el plural de ilani reemplaza el modo singular más de cuarenta veces (Proceedings of the American Oriental Society, 21-23 April, 1892, pp. cxcvi-cxcix).

Elohim ha sido explicado como una forma plural de Eloah o como un plural derivado de Él. Quienes se adhieren a la primera explicación no están de acuerdo con la derivación de Eloah. En hebreo no hay una raíz como alah; pero el arabista Fleischer, Franz Delitzsch, y otros recurren al aliha del árabe, que significa «ser llenado de pavor», «ansiosamente buscar refugio», así que ilah (eloah) significaría en primer lugar «pavor», y luego ser el objeto del pavor. Gen., xxi, 42, 53, donde Dios es llamado «el temor de Isaac», e Is., viii, 13, y Ps. lxxv, 12, parecen apoyar esta posición. Pero el hecho de que aliha probablemente no es una raíz verbal independiente sino solo un denominativo de ilah, que originalmente significa » poseído de Dios» (cf. enthousiazein, daimonan) hace más que precaria la explicación. No tiene más probabilidades la pretensión de Ewald, Dillmann, y otros, de que la raíz verbal alah significa «ser poderoso» y debe ser considerada como una forma alternativa de la raíz alah; por ende Eloah resulta de alah como El surge de alah. Baethgen (Beitrage, 297) ha hecho notar que de cincuenta y siete incidencias de Eloah cuarenta y una pertenecen al Libro de Job, y las otras a textos tardíos o pasajes poéticos. Por tanto, está de acuerdo con Buhl en sostener que la forma singular Eloah surgió solo después que la forma plural Elohim había estado en uso por largo tiempo; en este caso, se dió un singular para un plural preexistente. Pero aún admitiendo que Elohim sea una forma anterior, hasta ahora no ha sido satisfactoriamente explicada su etimología. Los antiguos escritores judíos y eclesiásticos coinciden con muchos estudiosos modernos en derivar Elohim de El, pero hay una gran diferencia de opinión en cuanto al método de derivación. Nestle (Theol. Stud. aus Würt., 1882, pp. 243 sqq.) supone que el plural surgió de la inserción de una h artificial, como en hebreo amahoth (doncellas) de amah. Buhl (Gesenius Hebraisches Handworterbuch, 12a. ed., 1895, pp. 41 sq.) considera Elohim como una especie de forma argumentativa de El; pero a pesar del desacuerdo respecto al método de derivación, estos escritores se aúnan suponiendo que en el temprano hebreo el singular de la palabra que significaba Dios era El, y su forma plural Elohim y que solo en tiempos más recientes se acuñó la forma singular de Eloah, dando así a Elohim un correspondiente gramaticalmente correcto. Sin embargo Lagrange sostiene que Elohim y Eloah son derivados colateral e independientemente de Él.

Esta fuente de información admite que la palabra elohím puede significar dioses en un verdadero plural, o Dios como un plural de majestad o intensidad.

Ahora, veamos el Salmo 97:7 según el texto masorético hebraico: “Avergüencese todos los que sirven a la imágenes talladas, los que se glorían en los ídolos, inclínense ante Él todos los dioses (elohím)”. Note primero que el texto rechaza la adoración de ídolos, lo que implica dioses falsos. Pero después dice “inclínense ante Él  todos los dioses”. No se refiere a los ídolos, pues estos no podrían inclinarse. La palabra hebrea que se tradujo dioses es elohím que es el plural de “El” o “Eloha”. La Septuaginta generalmente traduce el hebreo elohím (cuando no es plural intensivo) como qeoi, es decir, dioses. Esta es la traducción literal del hebreo al griego. No obstante, la Septuaginta no siguió tal criterio y vertió este versículo así:

proskunhsate autw panteV oiaggeloi autou

inclínense a él   todos   los    ángeles    de Él

Podemos  notar que los ángeles son dioses (elohím) y así fueron considerados por los traductores de la Septuaginta, doscientos cincuenta años antes de Cristo. Sin embargo, alguien podría alegar que este fue un concepto errado de estos traductores. Para aclarar eso veamos una porción del Salmo 8:4, 5:

“¿Qué es el hombre para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre para que lo visites? Lo has hecho poco menor que los ángeles (aggeloi) y lo coronaste de gloria y de honra.” (Reina Valera)

Este Salmo traducido por la versión Reina Valera, ha sido tomado de la Septuaginta. Aquí se dice que el hombre fue creado por Dios un poco inferior a los ángeles. Sin embargo, el texto hebreo no menciona ángeles, sino elohím. Es decir, originalmente este Salmo que se escribió en hebreo, empleó la palabra dioses (elohím). El hombre, según este texto, fue creado inferior a los «dioses», o seres parecidos a Dios, debido a que son espíritus. La Septuaginta vuelve a traducir elohím como aggeloi. Algunos afirman que elohím podría aplicarse al plural intensivo para Dios. Entonces aquí se traduciría: Lo has hecho poco menos que Dios.  Esto, aunque gramaticalmente es correcto, no concuerda con la intención del texto. El apóstol Pablo citó este pasaje de la Septuaginta en su carta a los Hebreos para aplicarlo al nacimiento terrestre del Hijo de Dios. Note esta cita, de Hebreos 2:5-9:

“Dios no sujetó a los ángeles el mundo venidero, acerca del cual estamos hablando. Al contrario, alguien testificó en cierto lugar, diciendo: «¿Qué es el hombre para que te acuerdes de él, el ser humano para que lo visites? Lo hiciste un poco menor que los ángeles, lo coronaste de gloria y de honra y lo pusiste sobre las obras de tus manos. Todo lo sujetaste bajo sus pies». En cuanto le sujetó todas las cosas, nada dejó que no le sea sujeto, aunque todavía no vemos que todas las cosas le sean sujetas. Pero vemos a aquel que fue hecho un poco menor que los ángeles, a Jesús, coronado de gloria y de honra a causa del padecimiento de la muerte, para que por la gracia de Dios experimentara la muerte por todos”.

Es indudable que, después de leer lo anterior, Pablo confirma que los ángeles son considerados dioses. De otra manera él tendría que haber desaprobado la traducción de ese pasaje de la Septuaginta.

Las pruebas presentadas hasta aquí, muestran que el término qeoV puede ser aplicado fuera de Dios, no sólo a dioses falsos, sino también a jueces y a ángeles. En lo que respecta al Hijo de Dios, la Palabra, el apóstol Pablo dice en su carta a los Hebreos 1:1-4:

“Dios habló […] por medio de los profetas, al fin de estos días nos ha hablado por medio de un Hijo, a quien nombró heredero de todas las cosas, y mediante el cual hizo los sistemas de cosas. Él es el reflejo de su gloria y la representación exacta de su mismo ser, y sostiene todas las cosas por la palabra de su mismo ser; y después de haber hecho una purificación por nuestros pecados se sentó a la diestra de la Majestad en lugares encumbrados. De modo que ha llegado a ser mejor que los ángeles, al grado que ha heredado un nombre más admirable que el de ellos”.

Aquí se prueba que Jesús es el Hijo de mayor rango, ya que es mayor que los ángeles. Además, se indica que él es el Primogénito, el heredero. Por lo tanto el título qeoV le aplica en mayor medida que a los ángeles por ser “el resplandor”, o reflejo, de la gloria de Dios.

La cuestión a determinar es si “la Palabra”, el Hijo de Dios, es qeoV en la misma medida que su Padre lo es. Si probamos que el Hijo es igual en todo sentido a su Padre, en poder, sabiduría, conocimiento, eternidad, diríamos que Dios es un ser que se manifiesta en la misma medida para el Padre y para el Hijo. Esto es lo que enseña la doctrina de la Trinidad. Si probamos que el Hijo no es Dios en la misma magnitud que su Padre, entonces el Hijo no es totalmente Dios, sino “un dios” o uno parecido a Dios, pero no igual en cuanto a su ser.

Ahora es cuando debemos analizar Juan 1:1b en conjunción con Juan 1:1c:

o logoV hn proV ton qeon kai qeoV hn o logoV

la palabra estaba con   el    dios    y   dios   era la palabra

El hecho de que la Palabra estaba con Dios (proV ton qeon) la distingue personalmente de Dios (o qeoV). El que está con alguien no puede ser ese mismo alguien con quien está. Esta lógica simple hace que Juan escriba kai qeoV hn o logoV en lugar de kai o qeoV hn o logoV. Si Juan hubiera escrito o qeoV hn o logoV haría a o logoV lo mismo que o qeoV. Esto estaría en contradicción con la cláusula precedente que dice que la Palabra estaba con o qeoV. Juan no quiere identificar a la Palabra como la misma persona que “el Dios” y por eso omite el artículo. Por lo tanto, si qeoV en Juan 1:1c no puede ser definido entonces la omisión del artículo debe indicar que este es un atributo o cualidad de “la Palabra” y no una identificación con Dios.

El koiné es una lengua que dejó de usarse a partir del siglo VIII de nuestra era. Por lo tanto sería valioso la opinión de un erudito en gramática del koiné, no de este siglo, sino de la época en que el koiné estaba en pleno uso. Afortunadamente tenemos a Orígenes de Alejandría, quien era profesor de gramática, entre otros cursos, de la escuela de Alejandría. Orígenes era un religioso que estudió mucho los manuscritos de la Biblia y tenía al koiné como su lengua nativa.  El vivió en el periodo del 180-250, de nuestra era, en pleno uso del griego koiné. Èl nos dice respecto a Juan 1:1 lo siguiente:

“Nosotros notamos el uso del artículo (el) que Juan tiene en esta sentencia. Él no escribe sin cuidado a este respecto, no es que él no esté familiarizado con las sutilezas de la lengua griega. En algunos casos él usa el artículo, y en otros lo omite. Él añade el artículo para el logoV, pero para el nombre qeoj lo añade algunas veces. Él usa el artículo cuando el nombre qeoV se refiere al que es Increado y Causante de todas las cosas, y  lo omite cuando o logoV es llamado qeoV. Ahora hay muchos que están sinceramente desconcertados en cuanto a religión, y caen en gran perplejidad. Ellos están asustados de proclamar dos Dioses, y esto los lleva a doctrinas falsas y no piadosas. Algunos niegan que el Hijo tiene una distinta naturaleza además de la del Padre y lo hacen alguien a quien llaman qeoV, pero sólo de nombre. Otros niegan la divinidad del Hijo, llevando su esfera de esencial (ousia kata perigrafhn) totalmente alejada de la del Padre como si ellos estuvieran totalmente distantes. Para tales personas tenemos que decir que el qeoV  de la mano izquierda es el Gran Dios (autoqeoV = Dios de sí mismo); como el Salvador dice en su prédica: “Para que sepan que tú eres el único Dios verdadero”; pero todo otro además del Gran Dios, es hecho qeoV  por participación de su divinidad, y no es llamado simplemente “o qeoV” sino solo qeoV. Y por eso el primogénito de la creación, quien es el primero en estar con Dios,  que atrae la divinidad para sí mismo, es el ser de mayor rango que los demás dioses. El Dios verdadero entonces, es “el Dios”; y esos que son formados después de Él son dioses, imágenes del prototipo. Pero la imagen arquetipo de todas las imágenes es la Palabra de Dios, quien estuvo en el principio y quien estando con Dios, es todo tiempo “qeoV”, no poseyendo esto de sí mismo, sino  por su estancia con el Padre». — (Orígenes, Comentario en Juan libro II, 2).

En conclusión, lo menos que él haría, al traducir este versículo al español, es colocar en mayúscula o qeoV. Por lo que la traducción “la Palabra era dios” es lo más literal que el apóstol Juan escribió. Otros pasajes nos ayudan a entender en qué sentido el Hijo de Dios puede ser qeoV.

“Ya que nosotros que decimos que el mundo visible está bajo el gobierno del que creó todas las cosas, declaro  que el Hijo no es más fuerte que el Padre, sino inferior a Él. Y esta creencia que basamos en el refrán de Jesús mismo, «el Padre que me envió es mayor que yo”. Y ninguno de nosotros es tan insano para afirmar que el Hijo del hombre es Señor sobre Dios. (Contra Celso libro VIII,15)

“…Y aunque podamos llamarlo segundo Dios (deuteroV qeoV), permítanos hacerles saber que por el término segundo Dios no queremos decir nada más que una virtud capaz de la inclusión de todas otras virtudes, y una razón capaz de contener toda la razón en absoluto que existe en todas las cosas”. (Contra Celso Libro V,39)

De estas citas podemos concluir  que Orígenes ve al Hijo de Dios como “un dios” y no como “Dios el Hijo”. Él diferencia al Hijo con el Padre, en términos de qeoV, no en términos de personas dentro de un solo ser, como el trinitarismo. El Padre, Jehová, es “el Dios verdadero”, Él es el único “Dios de sí mismo” (autoqeoV). Esto significa  que no hay otro Dios que lo supere, mientras que el Hijo es un dios secundario, que no posee esta deidad de sí mismo, sino que el Padre es la fuente de su divinidad y por lo tanto estaría subordinado a Él.  Esto está en conformidad con 1 Corintios 11:3 “La cabeza de Cristo es Dios” (kefalh de Cistou o qeoV).

Entonces para Orígenes “la Palabra era un dios”, sería la traducción que él aplicaría. Resulta una falta de honradez que traductores como Robertson y Donaldson  traduzcan «the Word was God» (“la Palabra era Dios”) cuando Orígenes cita Juan 1:1c. (ver Orígenes, Comentario de Juan libro I, 42) .

La regla de Colwell

En 1933 en el Journal of Bible Literature 52, 12-21  E.C., Colwell estableció una regla en base a los manuscritos bíblicos. Esta dice:

“En sentencias en las cuales la cópula es expresada, un predicado definido nominativo tiene el artículo cuando este sigue al verbo y no tiene el artículo cuando este precede al verbo”. 

Un ejemplo de estos dos casos lo tenemos en Juan 1:49:

Juan 1:49b:

su ei o uioV tou qeou (tú eres el Hijo de Dios)

Juan 1:49c :

su BasileuV ei tou Israhl (Tú eres el Rey de Israel)

Esta “regla” determinada por Colwell presente una tendencia mediante una estadística. Basándose en esta observación, él aplicó esta regla para Juan 1:1c. Asumiendo que el sustantivo dios es definido en Juan1:1c, Colwell afirma que si este se hubiera colocado después del verbo hn, entonces Juan debía colocarle el artículo. Juan escribiría: o logoV hn o qeoV. Dado que Juan colocó el anarthrou qeoV antes del verbo, quedaba implícito que era definido y no era preciso colocarle el artículo.

Juan 1:1c debía ser leído según Colwell, asumiendo el artículo, así:  [o] qeoV hn o logoV

Ahora veamos el siguiente texto:

o profhthV ei su

¿el Profeta eres tú? — Juan 1:21

Se observa que profhthV precede al verbo ei y Juan le coloca el artículo. Como se ve, la “regla” descubierta por Colwell no siempre se cumple.

El siguiente cuadro ilustra las ocurrencias en verbos copulativos:

Después del Verbo

Antes del Verbo

Total

Sustantivos predicativos definidos con el artículo

229

15

244

Sustantivos predicativos definidos sin el artículo

26

97

123

Total

255

112

367

La tabla anterior indica un 87% de probabilidad de que un sustantivo definido que precede al verbo carezca de artículo. El 13% que no cumple esta “regla” demuestra que no se hubiera cometido un error de gramática si Juan hubiese  escrito o qeoV hn o logoV. Debido a ello, Orígenes reconoce el cuidado que tiene Juan al omitir el artículo para designar a “la Palabra” como qeoV y no por la aplicación de la anacrónica regla de Colwell.

Los que se adhieren a aplicar esta regla a Juan 1:1c no consideran la cláusula que la precede. El contexto aquí menciona a dos personas que se les aplica el mismo término. Es como si usted dijera en español que “Miguel estaba con el angel y Miguel era angel”. En griego koiné esto se hubiera expresado como: Micahl hn proV ton aggelon kai aggeloV hn Micahl. Si usted se concentra  sólo en la cláusula aggeloV hn Micahl y asume que aggeloV es definido, usted estaría afirmando que el ángel con quien Miguel estaba era el mismo Miguel, lo cual sería únicamente válido dejando sin sentido alguno que Miguel estaba consigo mismo, si sólo existiera una persona a la cual se le puede llamar ángel. Sin embargo dado que “ángel” no es un título exclusivo de una persona, aplicar la regla de Colwell es un abuso. La omisión del artículo aquí juega un importante papel en la diferenciación persona.

Note que esta “regla” no dice nada respecto a si un sustantivo predicativo sin artículo que precede al verbo copulativo sea indefinido o cualitativo. Lo único que nos dice la descubierta tendencia de Colwell, es que no nos apresuremos a juzgar que un predicado anarthrou que preceda al verbo sea indefinido o cualitativo, sino que si este fuese definido, estaría en conformidad con el 87% encontrado.

Este hecho es reconocido por Donald Hartley en su tesis denominada Revisting the Colwell Construction in light of Mass/Count Nouns. En cuanto a su errónea aplicación  en Juan 1:1c él dice :

“Colwell parece haber entendido mal lo que una semántica de un sustantivo definido exige lingüísticamente. Su impropio método de prescripción basado en su análisis, lo conduce a cometer un categórico error por vender una falsa semántica sobre cierto grupo de sustantivos (pre-copulativos) que él falla al explicarlos en sus propios términos. Debido a esto, y aparentemente sin consideración de las ramificaciones de lo que la semántica sugirió, él la aplicó a Juan 1:1c, y argumentando en contra de que sea indefinida o cualitativa. Pero esto fue una inapropiada manera de usar su propia regla, porque su regla solo puede ser aplicada post hoc para sustantivos claramente entendidos a ser definidos del contexto. Las conclusiones de Colwell fueron aceptadas después casi por unanimidad por académicos de todo el mundo. Muchos evangélicos debido a las implicaciones para Juan 1:1, asumieron involuntariamente, como Metzger (erudito en manuscritos) lo hizo, el inverso de la regla de Colwell que conduce a un abuso. Su actual regla establece “sustantivos predicativos que preceden al verbo usualmente carecen de artículo”. Esta sentencia, sin embargo, fue tomada para implicar que “predicados anarthrous que preceden al verbo son usualmente definidos”. Este tipo de abuso se difundió en los comentarios de Juan también”.

En Juan 1:1c vemos que el artículo definido está aplicado al logoV y no a qeoV. Esto identifica a o logoV como el sujeto de la oración. Un Manual de Gramática del griego del Nuevo Testamento publicado por Dana and Mantey dice en la página 48, párrafo 3:

“El artículo a veces distingue el sujeto del predicado en una sentencia copulativa. En Xenofón Anabasis, 1:4;6 dice literalmente “mercado fue el lugar” euporion de hn to cwrion y el lugar fue un mercado”, nosotros tenemos un caso paralelo con Juan 1:1 (kai qeoV hn o logoV ), «y la Palabra era deidad. El artículo aclara el sujeto en estos ejemplos. Ni fue el lugar el único mercado, ni la Palabra era todo de Dios, como sería el caso si el artículo se hubiera usado con qeoV”.

Este es un comentario de tendencia trinitaria que ve a Dios abarcando tres personas. Sin embargo lo que se destaca aquí es que ellos reconocen  que la ausencia del artículo indica una distinción entre o qeoV y o logoV. Este manual, por lo tanto, rechaza la regla de Colwell aplicada a este versículo. Ahora, si descartamos el preconcepto trinitario de Dios en tres personas, y siguiendo el paralelo de la traducción “el lugar fue un mercado”, bien podría traducirse sin comenter algún errror gramatical: “la Palabra era un dios”.

Realmente, la regla de Colwell sólo trataba los casos en los que el sustantivo predicativo sin artículo (anarthrou) que precede al verbo copulativo (ser o estar) era definido. No analizaba los casos en que este pueda ser cualitativo. Un análisis que abarcaba estos casos, vamos a presentarlo detalladamente, el cual  publicó  Philip Harner en el Journal Of Bible Literature (1973, Vol. 92 p. 85) , y dice:

“El propósito de este estudio es examinar el tipo de cláusula en la cual un un sustantivo predicativo anarthrou precede al verbo copulativo. Dos ejemplos de este orden de palabras son de especial importancia en la interpretación del NT. En Marcos 15:39 el centurión parado frente a Jesús en la cruz dice, alhqwV outoV o anqrwpoV uioV qeou hn. Y Juan escribe en su prólogo, qeoV hn o logoV. Este por supuesto, no es el único ejemplo de este orden de palabras en Marcos y Juan, o en otro lugar, pero nosotros nos centraremos en ellos y trataremos de interpretarlos en relación al estilo y las características que Juan y Marcos exiben en sus evangelios. El presente estudio sugerirá que un predicado anarthrou que precede al verbo puede tener como función primaria expresar el carácter o la maturaleza del sujeto, y este significado cualitativo puede ser más importante que preguntarse si es definido o indefinido.

Nosotros comenzaremos a referirnos a dos principios concernientes a sustantivos predicativos que son usualmente aceptados como axiomas en el estudio de NT. El primero es que un sustantivo predicativo en griego es anarthrou cuando este indica una categoría de la clase de la cual el sujeto es particularmente un ejemplo. Por eso, cuando Marcos escribe h de gunh hn EllhniV (7:26), él quiere decir que esta mujer en particular era una griega, aunque otras mujeres puedan pertenecer a esta categoría. El segundo principio es que un sustantivo predicativo es anarthrou cuando es intercambiable con el sujeto en un contexto dado. Este puede ser idéntico con el sujeto, el único de esta clase, o algo muy conocido o prominente. En la parábola del dueño de la viña, Marcos presenta a los arrendatarios diciendo: outoV estin o kloronomoV (12:7). El con esto quiere decir que hay un único heredero en consideración, y este hombre es tal heredero.

Estos dos principios parecen ser criterios válidos para interpretar los significados del escritor cuando las sentencias siguen el orden de palabras usual, i.e. cuando el verbo copulativo precede al sustantivo predicativo. Pero necesitan ser refinados mayormente en esos casos cuando el sustantivo predicativo precede al verbo. En un artículo  algunos años atrás, E.C Colwell examinó este tipo de orden de palabras y alcanzó la tentativa conclusión que “sustantivos predicativos definidos que preceden al verbo usualmente carecen de artículo”. De acuerdo con esta regla él consideró  como probable que el sustantivo predicativo en ambos —Marcos 15:39 y Juan 1:1— deberían ser interpretados como definidos. Colwell se dirigió solo a la pregunta de si un sustantivo predicativo anarthrou era definido o indefinido y no analizó el aspecto cualitativo. Este problema necesita ser analizado como un item aparte. Es claro que Marcos esta familiarizado con el orden habitual de las palabras en el cual el verbo es seguido de un sustantivo predicativo anarthrou porque él usa esta secuencia 19 veces. De acuerdo a la regla general, nosotros esperaríamos que estos sustantivos sean indefinidos y la mayoría de las instancias veremos que este es el caso. Estos pasajes son del tipo: “porque ellos eran pescadores” (hsan gar alieiV) (1:16) o “el que desea ser el primero de ustedes será un esclavo de todos” (oV an qelh umwn genesqai prwtoV estai pantwn douloV) (10:44). En pocos casos los sustantivos no son indefinidos, pero en estos casos hay alguna razón por la que el sustantivo tiene una referencia específica a pesar de ser anarthrous. Lo importate es destacar que Marcos usa frecuentemente el orden en que el verbo precede al sustantivo predicativo anarthrou”.

En el caso de Marcos 15:39 alhqwV outoV o anqrwpoV uioV qeou hn Harner observa que uioV qeou precede al verbo hn y el preguntarse si “Hijo” (uioV) es definido o indefinido, es secundario, debido que aquí se destaca el aspecto cualitativo del sujeto, “el hombre” (o anqrwpoV). El traducir “verdaderamente este hombre era el Hijo de Dios” o “un Hijo de Dios”, dependería de cómo el centurión entendió siendo pagano el contexto histórico en que vivía. No habría duda de que insertaríamos el artículo definido si esta frase hubiera sido pronunciada por un discípulo de Jesús.

En cuanto a Juan 1:1c, Harner continúa diciendo:

“A la luz de este exámen del uso de Juan, nosotros podemos dar atención especial al versículo al cual estamos interesados, Juan 1:1. Nuestro estudio suguiere que el predicado anarthrou (sin artículo) en este versísculo es primariamente cualitativo en significado y que sería definido únicamente si hubiera alguna indicación del contexto o el significado. Como una ayuda en el entendimiento de este versículo sería de ayuda preguntar qué pudo Juan haber escrito tanto como lo que él escribió. En términos de los diversos ordenes de palabras y el vocabulario disponible para él, Juan podría haber escrito lo siguiente:

A. o logoV hn o qeoV

B. qeoV hn o logoV [tal como lo escribió Juan]

C. o logoV qeoV hn

D. o logoV hn qeoV

E. o logoV hn qeioV [ver nota 24]

Nota 24: [La palabra theios aparece pocas veces en el NT: Hechos 17:27,Tito 1:9;2Pedro 1:3,4. No es usado en el cuarto Evangelio. Pero se presume que Juan lo podría haber usado, o alguna otra palabra significando «divino», si él hubiera deseado hacerlo]

La Cláusula A, con un predicado anarthrous, significaría que el Logos y Theos son equivalentes e intercambiables. No habría nada en «ho theos » que no hubiera en «ho Logos». Pero esta igualdad de los dos contradice la cláusula precedente en la que Juan dice que “ho Logos nv pros ton theon”. Esta cláusula suguiere relación interpersonal, y por eso algo de personal diferenciación, entre los dos.

La Cláusula D, con el verbo precediendo al predicado anarthrou, significaría probablemente que el Logos era “un dios” o un ser divino de alguna clase, perteneciendo a la categoría theos pero como un ser divino distinto de ho theos. La Cláusula E atenuaría D. Esto significaría que el Logos era “divino”, sin especificar en qué medida fue divino. Esto implicaría que el logos, siendo únicamente divino, era subordinado a theos.

Juan evidentemente deseó decir acerca del Logos que fué diferente que A y más que D y E.

Cláusulas B y C, con un predicado anarthrou precediendo al verbo, son primariamente cualitativas en significado. Ellas indican que el Logos tiene la naturaleza de theos. No hay base para considerar el predicado theos como definido. Esto haría  B y C equivalentes a A, y como a contradirían la cláusula precedente.

Como Juan ha solo mencionado la relación interpersona entre ho logos y ho theos, él estaría implicando B o C como que ellos comparten la misma naturaleza perteneciendo a la realidad theos. La Cláusulas B y C son idénticas en significado pero difieren en énfasis. C significaría que el Logos (menos que algo más) tuvo la naturaleza de theos. En esta cláusula B tal como Juan la ha escrito, la palabra theos es colocada al principio para énfasis”.

Hasta aquí, lo analizado por Philip Harner está basado en el uso del orden de palabras del apóstol Juan y del evangelio de Marcos. Reconoce que theos en Juan 1:1c no puede ser definido. Afirma que de acuerdo al uso del orden de palabras disponible encontrados en Marcos y Juan, estos habrían expresado indefinición en un sustantivo predicativo anarthrou, sólo cuando este sigue al verbo copulativo. En el caso de los sustantivos predicativos sin artículo que preceden al verbo, Philip Harner mejora el análisis de Colwell destacando mayormente el aspecto cualitativo de estos sustantivos. El presentó  el ejemplo de Marcos 7:26 h de gunh hn EllhniV (la mujer era una griega) como orden de palabras que representa indefinición pura. Entonces el infiere que la cláusula del tipo D habría sido usada por Juan si él hubiera querido expresar que la Palabra era “un dios”. Esta deducción de Philip Harner se fundamenta de igual manera como la «regla» de Colwell, en una tendencia observada. Con el siguiente contra ejemplo mostraremos que esto no es siempre cierto:

“Ellos tomaron el buey que les fue dado y lo prepararon, e invocaron el nombre de Baal desde la mañana hasta el mediodía. Decían: «¡Baal, respóndenos!» Pero no se escuchó ninguna voz, ni hubo quien respondiera; entre tanto, ellos seguían saltando alrededor del altar que habían hecho. Hacia el mediodía, Elías se burlaba de ellos diciendo: «Gritad con voz más fuerte, porque es un dios (oti qeoV estin). Quizá está meditando o tiene algún trabajo o se ha ido de viaje. ¡Tal vez duerme y haya que despertarlo!» (1 Reyes 18:26, 27 — RV)

La Septuaginta colocó qeoV sin artículo antes del verbo estin (cuyo pasado es hn.) y de acuerdo al contexto el traductor insertó el artículo indefinido «un» por tratarse del dios Baal.

Ahora veamos la siguiente estructura traducida por Tr. H. Gifford (1903) del libro II, capítulo III de Preparatio Evangelica de Eusebio de Cesarea escrito en el siglo IV:

“Pero Zeus aparece repentinamente y luego yo pensé, que si él era un dios (ei qeoV hn)”

(No confundir ei cuando significa la condicional “si”, del presente del indicativo segunda persona en singular del verbo eimi (soy))

En estos ejemplos similares a Juan 1:1c, vemos que el anarthrou predicativo qeoV precede al verbo y el traductor considerando el contexto tradujo “un dios”. En estos dos pasajes no puede descartarse el carácter cualitativo, sin embargo esto no invalidó la inclusión de indefinitez.

Por lo tanto, todos los órdenes de palabras son posibles y es el contexto quien determina si es definido (d), indefinido (I) o puramente cualitativo (Q) o una combinación (I-Q, d-Q).

Ahora, sigamos analizando el artículo de Philp Harner:

“Comentaristas del Cuarto Evangelio, tanto como yo conozco, no han aproximado específicamente el significado de esta cláusula desde el punto de vista de la fuerza cualitativa como un predicado anarthrou precediendo al verbo. En muchos casos sus interpretaciones están en armonía con la explicación anterior. Pero consideraciones del significado cualitativo de theos estaban fuera de una clarificación de su entendimiento de la cláusula.

J.H.Bernard, por ejemplo, puntualiza que el Códice L lee ho theos en lugar de theos. “Pero esto identificaría al Logos con la total existencia divina, y contradiría a la cláusula precedente».[J. H. Bernard, A Critical and Exegetical Commentary on the Gospel according to St. John (New York: Scribner, 1929) 1, 2.]

De manera similar W.F.Howard escribe que theos y ho Logos no son intercambiables. “El escritor no habría dicho que la Palabra estaba con Dios«. [W. F. Howard, The Gospel according to St. John (IB 8; New York: Abingdon-Cokesbury. 1952) 464.].

Ambos escritores, en efecto, están argumentando que el predicado theos no puede ser considerado definido en esta cláusula. En términos de nuestro anterior análisis esto significaría que B no debería ser asimilada por la cláusula A.

Bruce Vawter explica:“la Palabra es divina, pero no todo de la divinidad, porque ella ya ha sido distinguida de otra persona divina”.[B. Vawter, The Gospel according to John (JBC; Englewood Cliffs, N. J.: Prentice Hall, 1968) 422.].

Pero en términos de nuestro análisis es importante que entendamos que  la frase  «la Palabra era divina» representa la cláusula B menos que D o E. Indudablemente Vawter entiende que la Palabra es «divina» en el mismo sentido que ho theos es divino. Pero en el idioma inglés (o español) no es tan versátil en este punto como el griego, y podríamos no entender la frase si no estamos bien informados de la fuerza cualitativa que esta expresión representa.

En su discusión de esta cláusula, R. E. Brown considera la traducción «la Palabra era Dios» como correcta «para un moderno lector cristiano cuyo background trinitario lo ha acostumbrado a pensar en un amplio concepto más que solo ‘Dios El Padre’.»[R. E. Brown, The Gospel according to John, I-XII (AB 29; Garden City: Doubleday, 1966) 5.] Él también encuentra el sentido de que theos es anarthrous. Después, añade que «el versículo 1c del lema de Juan esta delimitando el uso de Dios» para el Hijo, pero a través de omitir el artículo él descarta una identificación personal de la Palabra con el Padre. Y para un lector de los gentiles está descartada alguna sugerencia de que la  Palabra fue un segundo Dios en un sentido Helenístico.[Brown, John, I-XII, 24.] .

En términos de nuestro análisis de arriba, Brown está argumentando que la cláusula B se diferencia de A, y por otro lado también de D y E. [Brown (John, I-XII,25) también menciona la visión De Ausejo que dice que el término «Palabra» significa Jesucristo, la Palabra hecha carne. «Si esto es así, —comenta— tal vez hay alguna justificación para observar el uso del anarthrous theos algo más humilde que el uso de ho theos para el Padre». Pero si theos está en  fuerza cualitativa, no está contrastado directamente con ho theos. Juan evidentemente deseó decir que el Logos no era menos que theos, solo como ho theos (por implicación) tenía la naturaleza de theos.]

Estos ejemplos ilustran la dificultad de traducir la cláusula con precisión al Inglés ( o al español). La Biblia RSV y la Biblia de Jerusalén traducen «la Palabra era Dios». The New English Bible vierte, «lo que Dios era la Palabra era».

Good News for Modern Man dice: «Él era lo mismo que Dios». El problema con estas traducciones es que ella podrían representar la cláusula A, en nuestro análisis arriba, tanto como B. Esto no significa, por supuesto, que los traductores no estuvieron enterados del problema envuelto, no necesariamente significa que ellos consideren al anarthrous theos como definido porque éste precede al verbo. Pero en todos estos casos un lector de lengua española no entendería exactamente lo que Juan trató de expresar. Tal vez la cláusula podría traducirse: «la Palabra tenía la misma naturaleza de Dios». Esto representaría el pensamiento de Juan, tal como yo lo entiendo, que el Logos, no menos que ho theos, tiene la misma naturaleza como Dios”.

Es interesante notar cómo un académico de tendencia trinitaria como Philip Harner reconoce que la traducción: “La Palabra era Dios” no refleja en nuestro idioma lo que el griego de Juan nos transmite. El descarta que en Juan 1:1c theos sea definido (d) e indefinido (I) y considera que es puramente cualitativo (Q).

La Traducción del Nuevo Mundo, publicada por los Testigos de Jehová, traduce Juan 1:1c: “la Palabra era un dios”. En el apéndice 6A de la edición con referencias se muestra una breve pero bien fundada explicación para traducir de esa manera:

“La construcción de un sustantivo con artículo señala una identidad, una personalidad, mientras que un complemento predicativo en singular y sin artículo señala una cualidad de alguien. Por lo tanto la declaración de Juan que la Palabra o Logos era «un dios» o «divino» o «parecido a Dios» no significa que él era el Dios con quien estaba. Simplemente expresa cierta cualidad o atributo de La Palabra, El Verbo o Logos, pero no lo identifica como quien fuera lo mismo que Dios. En el texto griego hay muchos casos de un complemento predicativo en singular y sin artículo que precede al verbo, como en Marcos 6:49, 11:32; Juan 4:19; 6:70, 8:44; 9:17;10:1,13,33;12:6. En estos lugares algunos traductores insertan el artículo indefinido “un” o “una” delante del complemento predicativo para poner de manifiesto la cualidad o característica del sujeto”.

Después  cita a Philp Harner referente a Juan 1:1c : “No hay base para considerar definido el predicado theos”. Este apéndice coloca los siguientes ejemplos de predicados anarthrous precediendo al verbo copulativo:

Texto bíblico

Nueva Biblia Española

Versión Popular

La Biblia (Levoratti&Trusso)

Nvo. Test. (Fuenterrabía)

Nvo. Test. (González Ruiz)

Biblia Latinoamericana

Marcos 6:49

un fantasma

un fantasma

un fantasma

un fantasma

un fantasma

un fantasma

Marcos 11:32

un profeta

un profeta

un enviado

un profeta

un profeta

Juan 4:19

un profeta

un profeta

un profeta

un profeta

un profeta

Juan 6:70

un traicionero

un diablo

un demonio

un demonio

un demonio

un demonio

Juan 8:44

un asesino

un asesino

un homicida

Juan 9:17

un profeta

un profeta

un profeta

un profeta

un profeta

un profeta

Juan 10:1

un ladrón

un ladrón

un ladrón

Juan 10:13

un asalariado

un asalariado

un asalariado

Juan 10:33

un hombre

un hombre

un hombre

Esta claro que  esta traducción  esta considerando el theos de Juan 1:1c como un sustantivo cualitativo sujeto a indefinición y no pura indefinición.

Ahora veamos lo que dice el Jesuita John L. McKenzie:

“En las palabras de Jesús y mucho del resto del NT, el Dios de Israel (griego: o qeoV) es el Padre de Jesucristo. Es por esta razón que el título o qeoV, el cual ahora designa al Padre como una realidad personal, no es aplicado en el NT a Jesús mismo; Jesús es el Hijo de Dios (de o qeoV). Esta es una materia de uso y no una regla, y el sustantivo es aplicado a Jesús pocas veces. Juan 1:1 debería ser traducido rigurosamente: “La Palabra esta con Dios (el Padre), y la Palabra era un ser divino” (Dictionary of the Bible, John L. McKenzie, God, p317).

En el libro Testigos de Jehová defendidos, una respuesta a académicos y críticos, el autor, Greg Stafford, cita y discute tres ejemplos donde él ve un aspecto “cualitativo-indefinido es evidente”. Uno de estos es Hechos 28:4 donde se dice de Pablo “el hombre es un asesino” que viene del griego foneuV estin o anqrwpoV. Aquí no podemos hacer mejor que citar a Stafford:

“En traducciones de este versículo el aspecto cualitativo-indefinido del sustantivo se muestra a través del artículo indefinido. ¿Cómo puede él ser un asesino sin tener propiamente la cualidad de un asesino? Este texto provee un parelo exacto con Juan 1:1c, donde tenemos un anarthrou pre-verbal nominativo seguido de un sujeto articulado”.

De acuerdo con el comentario anterior, el Dr. Jason BeDuhn (Associate Professor of Religious Studies Department of Humanities, Arts, and Religion, Northern Arizona University), escribió:

“Los editores de los Testigos de Jehová, en la explicación de este versículo, dicen que están tratando de convenir que la Palabra tiene el sentido cualitativo, esto es, que la Palabra pertenece a una clase divina de seres. Esto es correcto. De hecho, esto me parece claro desde que theos aquí es un adjetivo predicativo. Yo traduciría como Moffat y Goodspeed (dos excelentes académicos en griego): y la Palabra era divina””. (Cursivas nuestras)

BeDuhn prefiere desde su punto de vista la traducción “la Palabra era divina”. Sin embargo, reconoce que “es verdad que la más formal y literal traducción es la Palabra era un dios”” (Cursivas nuestras). Después él dice respecto a Stafford:

“Yo ya les he manifestado que ‘la Palabra era divina’ es una muy simple y precisa manera de convenir el sentido cualitativo de esta construcció. Yo veo que Stafford se dirige a la misma conclusión. Hacia al final del capítulo, Stafford cita Hechos 28:4, y muestra cómo el sentido cualitativo para el predicado anártrico antes del verbo, está en acción aquí”

Jason BeDuhn afirma con toda franqueza que es muy difícil justificar la traducción “la Palabra era Dios” de la mayoría de las traducciones.

En la década de los 50’s cuando se publicó la Traducción del Nuevo Mundo, las protestas no dejaron de pronunciarse por parte de los académicos trinitarios. Aquí algunas opiniones:

William Barclay de la Universidad de Glasgow, Escocia:

“El modo en que esta secta tuerce deliberadamente la verdad se puede ver en sus traducciones del Nuevo Testamento. Juan 1:1 es traducido: «la Palabra era un dios».  Una traducción que es gramaticalmente imposible. Es abundantemente claro que una secta que traduce el Nuevo Testamento de esta manera carece de honradez desde el punto de vista intelectual.”

Dr. Bruce M. Metzger de la Universidad de Princeton (profesor de Lenguaje y Literatura del Nuevo Testamento):

“Una horriblemente mala traducción…»»errónea», «perniciosa…» «reprensible». «Si los Testigos de Jehová toman esta traducción en serio son politeístas.”

Dr. Samuel J. Mikolasky de Zurich, Suiza:

«Esta construcción anártrica (usada sin el articulo) no tiene el mismo significado que el articulo indefinido «un» tiene en inglés. Es algo monstruoso traducir esta frase como ‘la Palabra era un dios'».

Por los ejemplos que hemos citado tal como el de 1 Reyes 18:27 , queda claro que no es gramaticalmente imposible traducir “un dios” cuando un theos predicativo anarthrou precede al verbo copulativo. Hemos visto que Orígenes de Alejandría conociendo la gramática griega da abundantes pruebas de la indefinición y esto el lo considera tanto desde el punto de vista gramatical (por la presencia y la ausencia del artículo en las cláusulas) como también por el contextual. Orígenes muestra al mismo Jesús diciendo que su Padre (ho theos) es “el único Dios verdadero”. Orígenes no era politeísta y esto lo puede reconocer cualquier teólogo serio. Por lo tanto, los argumentos de “carece de honradez desde el punto de vista intelectual” o “es algo monstruoso traducir “un dios””, solo muestra una crítica poco seria. Tal como Donald Hartley en su tesis menciona, Metzger aplicó erróneamente la regla de Colwell para afirmar que el theos de Juan 1:1c era definido, lo cual lo hace “reprensible” desde el punto de vista lógico que él considere, un erudito como Metzger, a  o logoV intercambiable con o qeoV habiéndose mencionado en Juan 1:1b que o logoV estuvo con o qeoV. En cuanto a lo que manifiesta el Dr. Eugene A. Nida, habría que preguntarle en qué sentido la Traducción del Nuevo Mundo no tomó “en serio la sintaxis del griego”.

En lo que respecta a William Barclay citaremos su propia versión de Juan 1:1c:

“Por último, Juan nos dice que la Palabra era Dios. Este es un dicho difícil de entender para nosotros; y es difícil porque el griego, la lengua en que escribió Juan, tiene una manera de decir las cosas que es diferente del español. Cuando se usa un nombre en griego, casi siempre se le antepone el artículo determinado. La palabra para Dios es theós, y el artículo determinado correspondiente es ho. Cuando se habla de Dios en griego, no se usa solamente theós, sino ho theós. Ahora bien, cuando no se usa el artículo determinado con un nombre, ese nombre se usa como adjetivo. Juan no dijo que la Palabra era ho theós, lo que habría querido decir que la Palabra era el mismo que Dios. Dijo que la Palabra era theós—sin artículo definido—, lo que quiere decir que la Palabra era, podríamos decir, del mismo carácter y cualidad y esencia y ser que Dios. Cuando Juan dijo que la Palabra era Dios, no estaba diciendo que Jesús es el mismo que Dios, sino que Jesús es lo mismo que Dios. De dos personas íntimamente compenetradas se dice que piensan y sienten lo mismo de tal manera que, si se conoce a una, es como si se conociera a la otra. Jesús está tan íntima y totalmente identificado con Dios en pensamientos, sentimientos y carácter que, conociendole a Él, conocemos perfectamente a Dios.» (Comentario al Nuevo Testamento, volumen 5, Juan I; ed. CLIE, 1996, pág. 53 y 54)

William Barclay hizo su propia traducción de las Escrituras Griegas Cristianas, en la que vertió Juan 1:1 como sigue: “la naturaleza de la Palabra era lo mismo que la naturaleza de Dios,”

William Barclay fue un reconocido erudito en griego bíblico, pastor de la Iglesia de Escocia (presbiteriano) y profesor de la Universidad de Glasgow. Cabe destacar que Barclay no dudaría en rechazar la regla de Colwell en este contexto. Él considera tal como Philip Harner al sustantivo theos, puramente cualitativo y su traducción es análoga a la de Harner.

Los académicos trinitarios habiendo superado mediante Harner, la errónea aplicación de la regla de Colwell,  no habrían conseguido hasta la década de los noventa, un método que pudiera descartar la indefinición en el sustantivo theos de Juan 1:1c. Aqui es donde entra a tallar Donald Hartley, quien aplica el concepto de sustantivos másicos y contables para tratar la regla de Colwell y Juan 1:1c. En su tesis Revisting the Colwell Construction in light of Mass/Count Nouns, que ya fue mencionada, comenta sobre Harner:

“La importante contribución del estudio de Harner fue el reconocimiento que el lexema,  visto últimamente como definido o indefinido, no regló sobre el aspecto cualitativo, y si un sustantivo fue visto como cualitativo esto no necesariamente lo excluye de la indefinición o definición.

Así el consiguió superar a Colwell y otras falacias disyuntivas y avanzó en el rango de posibilidades semánticas. Sin embargo,  su contribución carece de la identificación léxica de sustantivos cualitativos. En otras palabras, él incluye dentro de su tabulación sustantivos que son cualitativos independientemente de la sintaxis. Por lo tanto, su estudio abre un camino de búsqueda de sustantivos que no puedan ser sujetos a indefinición y que sean puramente cualitativos. Nosotros sostenemos que sustantivos másicos (mass nouns) llenan los requerimientos de esta búsqueda”.

De esta manera Hartley revisaría la construcción de Colwell a la luz de sustantivos contables y sustantivos másicos. El propósito de él era demostrar demostrar que en Juan 1:1c theos es un sustantivo másico y no contable. Uno de sus objetivos fue de eliminar cualquier posibilidad de que el aspecto cualitativo de theos en Juan 1:1c pueda implicar indefinición. En otras palabras, su objetivo fue descartar la aplicación del artículo indefinido.

Un sustantivo másico es aquel que no puede ser sujeto a indefinición. Son incontables. Usualmente se refieren a sustancias, tales como humo, dinero, mantequilla, agua.También en esta categoría estaría el amor, software, etc.

Algunos sustantivos pueden ser contables como másicos. Por ejemplo “fuego” como másico, se refiere al fuego en general. Como contable, “un fuego” puede referirse a una específica conflagración, (por ejemplo: “Hay un fuego arriba” o “hay fuegos arriba”).

Dentro de este estudio, Hartley destaca que un sustantivo predicativo másico tiene una semántica equivalente tanto si está antes o después del verbo copulativo. Un ejemplo de esto lo tenemos en 1 Juan 4:8: “Dios es amor” o qeoV agaph estin . En este caso “amor” (agaph) precede al verbo y es puramente cualitativo. La semántica no se modifica al escribir o qeoV estin agaph. Esto se debe a que en este contexto no podríamos decir que “Dios es un amor” sino que Dios tiene la cualidad del amor. Segun Hartley , viendo que que qeoV es másico en Juan 1:1c, él interpreta que este sustantivo no puede aplicársele el artículo indefinido. Siendo puramente cualitativo el Hijo sería tan Dios como el Padre. La visión de Hartley es que si el Padres es qeoV y el Hijo también es qeoV, el Padre y el Hijo estarían bajo una misma realidad, la realidad qeoV. Siento el sustantivo qeoV másico, no podría pluralizarse de manera que el Hijo no es «un qeoV.» sino que el Hijo es igual al Padre no en cuanto a persona, sino en cuanto a qeoV. El compara esto diciendo que si caminar y correr estan dentro de la categoría de viajar, no puede decirse que caminar no es lo mismo que correr dentro de la categoría de viajar. Entonces caminar = correr dentro del punto de vista de viajar. Por lo tanto no se puede decir que caminar es un viajar distinto a como correr es viajar, sino que caminar es tan viajar como correr.

Ahora piense si esto se aplicara al sustantivo “gerente”. Carlos es gerente y Jorge es gerente. Entonces Carlos es tan gerente como Jorge, y por lo tanto, podemos decir que Jorge y Carlos son lo mismo en cuanto a gerente pero diferentes personas. Pero si usted fuerza a convertir la categoría “gerente” en un sustantivo incontable entonces cuando usted hable de gerente tendrá que hablar de dos personas que comparten la misma naturaleza; usted creerá que hay un solo gerente en dos personas. Esto es un sofisma, porque usted no estaría tomando en cuenta que existen otras personas que son designados como gerentes. En el caso de una empresa hay muchos gerentes y uno solo es el gerente general. Esto demuestra que gerente es un sustantivo contable, en el cual hay grados de gerente, y uno tiene el grado máximo. Hay uno que en cuanto a gerente es el gerente general.

Esta  interpretación de considerar másico al sustantivo qeoV (de Donald Hartley) es una forma moderna de decir que Dios es una “sustancia” (latin=susbtantia, griego=ousia o upostasiV). Los trinitarios afirman que Dios es una sustancia compartida por tres personas. El Padre, el Hijo y el Espíritu santo son designados en una unidad de sustancia llamada Dios. Por lo  tanto el Hijo sería consustancial (omoousioV) al Padre. Esta idea de consustancialidad se estableció en el Concilio de Nicea en el año 325, de nuestra era, después de muchas controversias; tal idea es antibíblica. A la Palabra ousia, los trinitarios la interpretan como esencia o sustancia o ser, se presta a muchas interpretaciones. Esta palabra omoousioV, para relacionar al Padre con el Hijo, fue condenada en el Concilio de Antioquia (antes de Nicea).  La definición filosófica de ousia pertenece a Aristóteles y no al contexto bíblico. Eusebio de Cesarea, el historiador eclesiástico, no estuvo conforme cuando firmó el credo de Nicea, debido a que este término hacía al Padre y al Hijo un mismo ser y no era un término interpretado bíblicamente de la manera correcta. Arrio y Eusebio de Nicomedia no firmaron el credo y eso les costó el castigo por parte del emperador Constantino, quien intervino por motivos políticos en la desición de la fórmula de este credo. Atanasio y sus partidarios fueron los que propusieron este término y ante la violencia que manifestaron para imponer su punto de vista, fue que Constantino cedió en favor de ellos para establecer la paz del Imperio. (Véase el tema Desde el Concilio de Nicea hasta nuestros tiempos).

Origen de la palabra “sustancia” usada en teología trinitaria

El término “sustancia” aparece en la literatura apóstata (cristianos que se apartaron de la verdad) de los gnósticos del siglo II. Ireneo expone sus errores y en uno de sus pasajes relata su errónea explicación de la creación:

“Una vez fabricado el mundo, también hizo al ser humano, «sacado de la tierra»  (Gén 2,7; 1 Cor 15,47). No lo hizo de tierra seca, sino tomando algo de la substancia invisible, de la materia difusa y fluida, en la cual sopló el elemento psíquico. Este es el hombre hecho «a imagen y semejanza» (Gén 1,26). Ante todo según la imagen es el hombre hylico: cercano, pero no consubstancial a Dios (omoousion tw qew). Según la semejanza es el hombre psíquico, a cuya substancia se le llama «espíritu de vida» (Gén 2,7), porque surge de un fluido espiritual. Y, dicen ellos, en tercer lugar la «túnica de piel» (Gén 3,21): ésta sería la carne sensible.» (Contra los Herejes libro I)

La Palabra ousia es usada en la Biblia en un sentido diferente. Lucas 15:12,13 dice:

“Y el menor de ellos dijo a su padre: Padre, dame la parte de los bienes que me corresponde. Y les repartió los bienes (thV ousiaV). No muchos días después, juntándolo todo, el hijo menor se fue lejos a una provincia apartada, y allí desperdició sus bienes (thn ousian autou ) viviendo perdidamente”

Vemos que el significado común de esta palabra, era usado por los escritores del Evangelio para denotar posesión de algun bien y no “esencia” o “sustancia”. Debido a ello el Jesuita John McKenzie dice:

“Las definiciones trinitarias surgen como resultado de largas controversias en los que términos como sustancia y esencia fueron erróneamente aplicados a Dios por algunos teólogos». (Dictionary of the Bible, John L. McKenzie, New York, 1965p. 899, quoted by anti-trinitarians)

El término qeoV no era un sustantivo másico para los cristianos primitivos. Ellos sabían que qeoV podía ser pluralizado y no solo en el contexto de dioses falsos.

Veamos ahora cómo el término qeoV  lo aplica Teófilo de Antioquia, religioso de esta ciudad alrededor del año 160 de nuestra era:

“Habiendo Dios puesto al hombre en el paraíso para que lo trabajara y lo guardara, le mandó que comiera de todos los frutos y, naturalmente, también del árbol de la vida, sólo le mandó que no comiera del árbol de la ciencia. Y Dios lo trasladó de la tierra de la que había sido creado al paraíso, para que pudiera programar, y para que, creciendo y llegando a ser perfecto y hasta declarado dios (qeoV), llegará a subir al cielo, poseyendo la inmortalidad, ya que el hombre fue creado en condición intermedia, ni del todo mortal ni simplemente inmortal, sino capaz de lo uno y de lo otro.

Alguno nos dirá: ¿Es que el hombre fue hecho mortal por naturaleza? De ninguna manera. ¿Fue, pues, hecho inmortal? Tampoco decimos eso. Se nos dirá: ¿Luego no fue hecho nada? Tampoco decimos eso: por naturaleza no fue hecho ni mortal ni inmortal. Porque si desde el principio Dios lo hubiera hecho inmortal, lo hubiera hecho dios. Al contrario, si lo hubiera hecho mortal, hubiera parecido que Dios era responsable de su muerte. Por tanto, no lo hizo ni mortal ni inmortal, sino… capaz de una cosa y de otra: de esta suerte, si el hombre se inclina a la inmortalidad guardando el mandamiento de Dios, recibiría de él como recompensa la inmortalidad y llegaría a ser dios (qeoV); pero si, desobedeciendo a Dios, se entregaba a las cosas de la muerte, él mismo sería responsable de su propia muerte. Ahora bien, lo que el hombre perdió para sí por su descuido y desobediencia, eso mismo le regala Dios ahora por su amor y misericordia, con tal de que el hombre le obedezca. Y así como el hombre desobedeciendo se atrajo para sí la muerte, así obedeciendo a la voluntad de Dios puede el que quiera ganar para sí la vida eterna. Porque Dios nos ha dado una ley y unos mandamientos santos, y todo el que los cumpla puede salvarse y, alcanzada la resurrección, obtener como herencia la incorrupción.” (Autólico Libro II, 24-27).

De este pasaje, de su libro Autólico, Teófilo entiende según él , que el hombre llegará a ser “un dios” (qeoV), cuando reciba el premio de la inmortalidad. Esto estaría en conformidad con 2 Pedro 1:4  que aplica a los que recibirán herencia de una vida celestial: «Por medio de estas cosas nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas lleguéis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de las pasiones.»

Sería absurdo traducir que Teófilo de Antioquía pensaría que el hombre llegaría a ser “totalmente Dios” porque en virtud de llegar a ser inmortal llega ser qeoV. Lo que se entiende naturalmente aquí, es que pertenece a una clase de seres que participan en cierta medida de la naturaleza de Dios. En la mente de los apologistas griegos, al igual que el apóstol Juan, se llama ser qeoV.

Otro apologista fue Justino Mártir, nacido en el año 110 de nuestra era y declarado “santo” por la cristiandad católica. Escribió en la primera mitad del siglo II lo siguiente:

“Oíd cómo el Espíritu Santo dice acerca de este pueblo que son todos hijos del Altísimo y que en medio de su junta estará Cristo, haciendo justicia a todo género de hombres (cf. Sal 81)… En efecto, el Espíritu Santo reprende a los hombres porque habiendo sido creados impasibles e inmortales a semejanza de Dios con tal de que guardaran sus mandamientos, y habiéndoles Dios concedido el honor de llamarse hijos suyos, ellos, por querer asemejarse a Adán y a Eva, se procuran a sí mismos la muerte… Queda así demostrado que a los hombres se les concede el poder ser dioses, y que a todos se da el poder ser hijos del Altísimo, y culpa suya es si son juzgados y condenados como Adán y Eva…” (Diálogo con Trifón).

Con estas citas es suficiente para demostrar que el término qeoV no aplica exclusivamente al Padre o al Hijo. Es por esta razón que Jesucristo en Juan 17:3 dice que la vida eterna significa conocer  a su Padre y  lo llama “el único Dios verdadero” (ton monon alhqinon qeon). El título de “el único Dios verdadero” no implica que todo otro llamado dios en el sentido propio, sea falso, sino que en contraste con todo otro llamado “dios”, el Padre lo es en sentido absoluto, y los demás parcialmente. Por eso el apóstol Pablo en 1 Corintios 8:6 dice :

“Aunque muchos sean llamados dioses sea en el cielo o en la tierra, para nosotros hay un solo Dios, el Padre, (eiV qeoV o pathr) del cual proceden todas las cosas y nosotros de Él , y un Señor Jesucristo (eiV KurioV IhsouV CristoV) mediante quien son todas las cosas y nosotros mediante Él”.

Después de estas citas sería importante analizar Juan 1:18, según los manuscritos de mayor antigüedad de finales del siglo II, tales como el P66 y P75 y el Códice Vaticano B del siglo IV :

qeon oudeiV ewraken pwpote monogenhV qeoV

o wn eiV ton kolpon tou patroV ekeinoV exhghnato

“A Dios nadie lo ha visto jamás [el] dios unigénito (monogenhV qeoV ) que esta en la posición del seno con el Padre, Aquel lo ha explicado”

Podemos notar que mientras en Juan17:3 se llama al Padre o monoV alhqinoV qeoV, a Jesús se le llama monogenhV qeoV. La palabra monogenhV se descompone en mono-genhV, único generado o único engendrado. La palabra genhV viene de genoV que significa nacimiento o también generación; deriva de ginomai que significa llegar a ser. Este término es traducido al español como unigénito. Se aplica a los hijos únicos de una familia. El término es correctamente aplicado a Jesús por haber sido el único Hijo creado directamente por Dios. Esto lo hace un dios engendrado. Aquí vemos una distinción del Hijo con el Padre en términos de qeoV. Mientras que uno es el único Dios verdadero, el otro es dios unigénito. No puede ser, por lo tanto, el Hijo el mismo Dios con el Padre u otra personalidad dentro de Dios, porque mientras uno es verdadero Dios, lo cual implica que no podría haber nacido de otro, el otro es un dios nacido de Dios. Esto lo hace totalmente dependiente existencialmente de Dios y diferente del Padre no solo en “persona” sino en cuanto a qeoV. Esto lo confirmó Justino Mártir cuando dice:

“Yo te persuadiré, desde que tú has entendido las Escrituras de la verdad, de lo que digo, que hay otro Dios y Señor, sujeto al Hacedor de todas las cosas, quien también es llamado un Ángel, porque Él anuncia a los hombres cualquier cosa que el Hacedor de Todas las cosas—de quien no hay otro Dios por encima de Él—desea anunciar a ellos.  (Dialogo con Trifón, capítulo LVI)

Note que Justino no dice que hay “otra persona dentro de un ser que se llama Dios”, sino que hay «otro Dios y Señor » que está subordinado al Padre (Dios verdadero e inengendrado) y que como el Padre, no hay en términos de qeoV quien se compare a Él. Si el Hijo es otro qeoV para Justino, ¿cómo traduciría Juan 1:1c? Él utilizaría el artículo indefinido «un», para diferenciar al Dios Todopoderoso de su Hijo creado.

En el capítulo LXI de su diálogo, Justino dice:

“Al principio, antes de todas las criaturas, engendró Dios una cierta potencia racional de sí mismo (o qeoV gegennhke dunamin tina ex eautou logikhn), a la cual llama el Espíritu Santo «gloria del Señor», y a veces también Hijo, a veces Sabiduría, a veces ángel, a veces dios, a veces Señor o Palabra (pote de uioV, pote de sofia, pote de aggeloV, pote de qeoV, pote de kurioV kai logoV) y a veces se llama a sí mismo Caudillo, cuando se aparece en forma humana (anqrwpou morfh) a Josué, hijo de Nun (Josué). Todas estas apelaciones le vienen de estar al servicio de la voluntad del Padre y del hecho de estar engendrado (gegensqai) por el querer del Padre (tou patroV qelhsei).

Justino llama al Padre “el único Dios inengendrado” (1 Apología capítulo XIV). Así que podemos ver que cualquier análisis honesto demuestra que Justino no pensaba que Dios fuera tres personas. Él diferencia al Hijo del Padre no sólo en términos de personas, sino en términos de qeoV. Si a uno se le llama Dios inengendrado (qeoV agennhtoV) y al otro Dios engendrado (qeoV gennhtoV equivalente de monogenhV qeoV, Juan 1:18), no es lógico decir que Dios es engendrado e inengendrado al mismo tiempo. Los más antiguos manuscritos que atestiguan la lectura monogenhV qeoV representa dificultades para los trinitarios, debido a que este apoya fuertemente traducir Juan 1:1c “un dios” y no “Dios”. Algunos traductores trinitarios para ocultar esto vierten monogenhV qeoV como “único Dios”. Esto sin embargo, contradice a Juan 1:18 que dice que «a Dios nadie lo ha visto» y en Colosenses 1:15 dice que el Hijo es “la imagen del Dios invisible” (eikwn tou qeou tou aoratou), lo cual indica que el «dios visible» (monogenhV qeoV) por los humanos es diferente al Dios invisible (aunque parecido por ser su Hijo). Jehová, el Dios invisible, dijo a Moisés: “Nadie puede ver a Dios y seguir viviendo”.

En cuanto a Justino Mártir podemos mediante él conocer la visión de la iglesia primitiva en este tema. Él considera al Hijo de Dios como “un dios” que inició su vida por “el querer del Padre” y no porque el Hijo exista como una persona fundamental en la existencia de Dios. Por lo tanto, para Justino el Hijo no es qeoV en la misma medida que lo es el Padre.

Con esto vemos que no hay base para descartar la indefinición de theos en Juan 1:1c. Varios textos de la Biblia apoyan que el Hijo es inferior al Padre y que no es Dios.

Esto demuestra el gran error aplicar en igual medida la magnitud de poder, conocimiento y edad que tiene el Hijo con respecto al Padre, sólo porque se infiera que qeoV en Juan 1:1c sea puramente cualitativo. Dos personas pueden ser humanos pero aunque uno tan humano como el otro, puede ser de mayor edad, fuerza y conocimiento. De la misma manera hemos visto que el sustantivo qeoV no es exclusivo del Padre sino que se aplica a ángeles, humanos y hasta para denotar el poder de Satanás en relación al mundo terrestre. Para aplicar el título qeoV en mayor medida que a los otros, es cuando Jesús oró a Dios en Juan 17:3: “Que estén adquiriendo conocimiento de ti, el único Dios verdadero”.

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