FUENTE: http://www.paginasiete.bo/revmiradas/2017/11/5/entrega-desinteresada-157820.html
Armados de escobas, guantes, baldes y esponjas, unos 500 voluntarios remozaron la Feria de Cochabamba.
Mabel Azcui / Cochabamba
La Feria Internacional de Cochabamba (Feicobol) ha quedado totalmente remozada en menos de un mes merced al voluntariado desplegado por los Testigos de Jehová y sin costo alguno para esa entidad, reconocieron los principales ejecutivos de la institución que administra el campo ferial que otorgaron una placa de reconocimiento a sus representantes.
«Son tres razones principales por las que Feicobol ha determinado este reconocimiento”, declaró el presidente del directorio, Aldo Gastón Vacaflores, y puntualizó en primer término la militante participación de la comunidad de testigos en ese cometido; el consistente lanzamiento internacional de Cochabamba como atractivo turístico y el eficiente profesionalismo con el que se ha encarado las tareas de mejoramiento de la infraestructura del campo ferial.
Los administradores de la feria quedaron sorprendidos al ver la masiva participación de voluntarios que se dedicaron a la limpieza, a la reconstrucción allá donde se necesitaba, pintado y lavado de muchas de las reparticiones, así como el cuidadoso arreglo y decoración de los jardines, que se constituyen en un ejemplo de labor desinteresada en bien de la comunidad, según Vacaflores.
El mejoramiento de las instalaciones «representa una invaluable inversión que difícilmente se hubiera podido efectuar de otra manera”, admitió Vacaflores al destacar que el trabajo beneficia a Cochabamba, situada ahora entre las ciudades más visitadas.
El delegado Mauricio Handal, miembro del Comité de Sucursal de los Testigos de Jehová de Bolivia, tras agradecer el reconocimiento otorgado por Feicobol aseguró que esa institución contribuyó decididamente al éxito de la asamblea internacional al acogerlos en sus instalaciones que reunió a miles de personas deseosas de no solamente recibir instrucción basada en la Biblia, sino de lograr verdadero consuelo en tiempos de angustia ante enfermedades, inseguridad ciudadana, violencia y desastres naturales que están sacudiendo al planeta.
«Estamos honrados por el reconocimiento, pero más allá del mismo, todo el trabajo desarrollado ha sido para honrar a nuestro Dios Jehová, como una muestra del inmenso amor que sentimos por Él”, declaró Handal y agregó que «también por el amor a nuestros hermanos en la fe, de ellos 2.400 invitados internacionales y por cada uno de los más de 15.000 asistentes a esta estimulante reunión”.
Un promedio de 500 voluntarios por día conformaron verdaderos batallones de trabajo. Armados de escobas, guantes y bolsas, los unos, de baldes y esponjas, los otros, no dejaron rincón alguno sin limpiar en el interior del campo ferial y en todos sus alrededores, al punto que vecinas se acercaron a los voluntarios para felicitarles y desear que ese espíritu armonioso contagie a todos para hacer de Cochabamba una ciudad muy limpia.
Pero no fueron solamente diez días de trabajo. La organización de una asamblea internacional con representantes de una veintena de países demandó una labor sistemática durante muchos meses.
«Estamos culminando un año de intenso trabajo y organización para atender a todos los asistentes y a los 2.400 extranjeros que estuvieron con nosotros unos diez días”, comentó uno de los coordinadores de la reunión, Jonnie Widigreen, que pronto volverá a su principal misión: mostrar lo que realmente enseña la Biblia en quechua.
Lo dijo fácil. La tarea era capacitar y organizar el trabajo de unos 500 voluntarios para cada uno de los tres días de la asamblea y de otras decenas como cicerones, además de entrenar equipos de primeros auxilios y operadores de todo el andamiaje técnico que permitiese transmitir en directo la mayor parte de la programación a 11 ciudades del país y la traducción simultánea a español, quechua, inglés, portugués, aimara y lenguaje de señas boliviano.
Asamblea religiosa
«En realidad representó un verdadero desafío, pues exigía asegurar la disposición de un numeroso grupo de voluntarios para apoyar distintas tareas, desde asegurar el alojamiento, el transporte y una comida sana y nutritiva, hasta ambientes cómodos para realizar la asamblea, como los que ahora contamos en Feicobol”, explicó otro de los miembros del Comité de la Sucursal, Nelbo Cavalieri.
«El mayor desafío fue el de contar con las bendiciones de Dios si hacíamos las cosas como a Él le agradan y, sobre todo, la manifestación de cariño y amor que produce unidad y la unidad de esfuerzos y trabajo redunda en poder y el poder fortalece el deseo de alabar a Jehová Dios”, acotó.
Fue empezar de cero para levantar una estructura que pronto se convirtió en un verdadero hormiguero, donde todos los voluntarios tenían una tarea por hacer y otros cientos que esperaban turno a fin de poner su granito de arena. Y a todos les llegó su oportunidad.
«El trabajo local ha sido extraordinario”, destacó otro de los voluntarios.
Angelo Garrido puso como ejemplo el trabajo de 170 costureras que, en unos tres meses, convirtieron 15.000 metros de tela de aguayo en atractivas prendas destinadas a identificar a los acomodadores y a los equipos de anfitriones encargados de recibir a los asistentes, provenientes de 20 países, además de representantes invitados de todo el país.
Otros 720 voluntarios, la mayor parte sin conocimiento previo, confeccionaron en cuero y aguayo poco menos de 2.300 bolsos a fin de obsequiar a sus hermanos que llegaron del exterior, como muestra del lazo que les une estrechamente aún sin conocerse: el amor.
La coordinación de la llegada y el retorno de los miles de delegados por aire y por tierra obligó a que otras decenas de voluntarios trabajasen para hacer coincidir el recibimiento a cargo de grupos de las congregaciones locales y el arribo de avión tras avión, bus tras bus, todos repletos de alegres testigos.
Más tarde, algo menos de un centenar de buses trasladaron a los visitantes a una treintena de hoteles de la ciudad, ocupados a plena capacidad, independientemente de aquellos otros recibidos en viviendas particulares.
Vestidos de terno y corbata, elegantes trajes femeninos de calle, los unos, y colorida indumentaria de los valles, el altiplano y los llanos, los otros, recibieron a sus visitantes con pancartas de bienvenida («aunque no te conocemos, ya te amamos”, decía más de una), sonrisas de oreja a oreja y lágrimas en los ojos.
Uno de los delegados no pudo contener su emoción ante el recibimiento y, tras limpiarse los ojos, explicó que no eran lágrimas sino gotitas de alegría. El encuentro no pudo ser más sorprendente: desconocidos que se daban de abrazos como si se hubiesen conocido de toda la vida. Una hermandad entre nacionalidades. Contrariamente a lo usual, no se presentaron aglomeraciones dentro de las terminales merced al orden y al respeto por los demás viajeros.
Lágrimas sin tristeza
En la despedida hubo muchas lágrimas y, sin embargo, nadie estaba triste. El agitar de pañuelos blancos proyectaba una profunda convicción: «nos vemos en el Paraíso”, decían en voz alta y rezaban así algunos carteles. Esto de «nos vemos en el Paraíso” puede sonar a fantasía pero, increíblemente, su esperanza está basada en la expectativa segura de una realidad que no se contempla con los ojos físicos, es decir, esperanza basada en la fe.
Un taxista que llevó pasajeros al aeropuerto comentó a su cliente que nunca antes había presenciado escenas similares. «Se ven auténticos en sus expresiones de amor”, dijo.
La reunión de tres días, además de los discursos de instrucción bíblica, permitió también un enorme despliegue multimedia, con impactantes videos, audiodramas y música. Esta última, de propia creación, es interpretada por coro y orquesta de voluntarios, que suelen reunirse una vez al año en Nueva York, pues sus integrantes están repartidos en los cinco continentes, lo cual no es óbice para «llegar y tocar” en forma armoniosa, pues cada intérprete ha estudiado y practicado con mucha dedicación las partituras.
Uno de los momentos especiales se produjo cuando un grupo de hombres y mujeres de todas las edades hicieron pública su decisión de dedicar su vida al servicio de Dios.
No fue una decisión del momento. «Me pasé un año estudiando y aprendiendo lo que enseña la Biblia acerca de Dios, Jehová, de su Hijo, del propósito que ellos tienen para la humanidad”, confió una joven con el pelo aún húmedo tras la inmersión total en una piscina instalada especialmente para la ocasión.
«Conocer a Dios a través de la Biblia me hizo amarlo y me provocó un deseo muy grande de servirle el resto de mi vida. Hay que buscar a la gente para que sepa las cosas maravillosas que Él tiene para todos nosotros”, agregó decidida a comenzar un nuevo derrotero en su vida.
De acuerdo a las cifras oficiales, un promedio de 200 mil personas se bautizan cada año en los 240 países donde hay testigos y se convierten en celosos proclamadores «de las buenas nuevas del reino”, para buscar con paciencia a otras personas desesperanzadas o sin propósito en la vida con el fin de compartir con ellas la perspectiva de días mejores.
Según la promesa bíblica que, afirman los testigos, será el cumplimiento de la petición que millones de creyentes de iglesias cristianas solicitan en el padre nuestro: «venga tu reino”. Sus estadísticas señalan que hay más de 8,3 millones de testigos, mientras que otros diez millones están estudiando regularmente la Biblia en clases semanales gratuitas y sin compromiso posterior alguno.
La asamblea convirtió a Cochabamba en el centro neurálgico del país. Se retransmitió todo el programa a 11 ciudades bolivianas con una asistencia conjunta calculada en unas 50.000 personas, y se utilizaron idiomas como el español, quechua, inglés, portugués, aimara y lenguaje de señas boliviano.
Los administradores de los más importantes escenarios deportivos, que acogen las asambleas de los testigos de Jehová de todo el mundo, suelen destacar dos de las características de los asistentes: la limpieza y el orden.
Puntualidad y limpieza
Los testigos acostumbran entregar el recinto mucho más limpio de lo que recibieron, pues la mayor parte de asistentes no dejan un envoltorio de caramelo en el piso. En cuanto al orden, pareciera que es de los escasos grupos en el mundo que no necesita guardia policial ni siquiera en países donde existen fricciones raciales. Si hay espíritu belicista en el país, en las asambleas se diluye rápidamente a manos de la fraternidad.
Una debilidad muy propia de los bolivianos deja de serlo entre las congregaciones: la puntualidad. Sus reuniones comienzan en punto y acaban justo en el tiempo, sin minutos añadidos. La puntualidad es una tónica en todas sus actividades y se inspira en la puntualidad que el Creador despliega todos los días con las salidas y puestas de sol, con el calendario lunar y otros ejemplos en la vida del planeta.
La asamblea permitió mostrar la armonía y unidad en la que se desenvuelven los testigos de todo el mundo. Su vena artística plasmada en un imponente etnomuseo, en la construcción de una choza de adobe, un pahuichi y una casita de sal como muestra de total integración, permitió mostrar de un pantallazo la rica y variada expresión cultural del país no solamente en textiles, pinturas sino en gastronomía y música.
En este último aspecto, los testigos se revelaron como excelentes bailarines e intérpretes de instrumentos nativos en un show considerado como del más alto nivel profesional.
¿Quién no ha dado con la puerta en las narices o, se ha excusado con un «no tengo tiempo”, «estoy muy ocupado” para librarse de un testigo de Jehová que ha llegado hasta su casa?
La última semana de octubre, con un importante refuerzo extranjero y nacional, miles de testigos no dejaron puerta alguna de la ciudad de Cochabamba sin entregar una invitación para su reunión anual que, este 2017, cobró relevancia por tratarse de una asamblea internacional, la primera desde 1979.
Probablemente, la próxima semana estarán otra vez tocando puertas. Para los testigos el dar a conocer los propósitos de Dios es cuestión vital. Como Dios, quisieran que todos vivan y nadie muera en los anunciados días previos al Armagedón. Probablemente, ofrecerán sus revistas, las de mayor tiraje en el mundo y entre las más antiguas –traducidas a cientos de idiomas- que hablan del reino de Dios y dan consejos para lograr una vida de calidad, a pesar de todo.