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Óptica “El Reino de Dios”

Agradecemos al hermano Agustin el que nos envíe esta aportación tan interesante:

Óptica “El Reino de Dios”

Le ofrecemos un amplio surtido de gafas. A continuación le mostramos algunos de nuestros modelos:

Modelo “Paraíso”: este modelo es realmente milagroso. Consigue que los ciegos recobren totalmente la vista. El pedido le tardará un poco en llegar pero merece la pena la espera.

Modelo “Ojo sencillo”: ayuda a enfocar la vista permitiéndole ver los asuntos espirituales con mayor claridad.

Modelo “Humildad mental”: este modelo emplea lentes bifocales. Con él verá los defectos de los demás cada vez más pequeños y sus virtudes cada vez más grandes.

Modelo “Ojos de la fe”: también usa lentes bifocales. Con él verá los obstáculos cada vez más pequeños y las oportunidades cada vez más grandes.

Modelo “Dejen de juzgar”: con él podrá ver la viga en su propio ojo permitiéndole ampliar su campo de visión.

Modelo “Perspicacia”: utiliza lentes de largo alcance. Podrá ver más allá de lo que aparentan las cosas. Se usa mucho para resolver malentendidos.

Modelo “Últimos días”: podrá ver los acontecimientos mundiales con más claridad y el cumplimiento de las profecías bíblicas con mayor nitidez.

Modelo “Jesucristo”: este modelo le permitirá a usted ver una gran luz y dejará de andar en oscuridad.

Modelo “Jehová”: cuando se vea inútil e indigno pruébese este modelo. Se verá tal y como lo ve su amoroso Creador.

Los modelos expuestos están subvencionados por el Gobierno Celestial y están al alcance de todas aquellas personas que tengan problemas visuales. Puede pedir en oración el modelo que mejor se adapte a sus necesidades.

Los siguientes modelos han sido eliminados de nuestro catálogo por no cumplir con las altas exigencias de calidad que caracterizan a nuestros productos:

Modelo “Ojo envidioso”: este modelo, a pesar de tener mucha aceptación en todo el mundo, lo tenemos descatalogado porque distorsiona mucho la visión espiritual.

Modelo “Ojo por ojo”: también muy apreciado en todo el mundo. De igual manera que el anterior también lo tenemos descatalogado porque dificulta la visión binocular. Lo hemos sustituido por el modelo “Vuelve la otra mejilla”.

Modelo “Ojos altaneros”: como mirar a los demás por encima del hombro no tiene ningún provecho hemos desechado este modelo por considerarlo poco práctico.

Modelo “Ojos codiciosos”: modelo muy usado en el ámbito comercial y financiero. Centra demasiado la retina en las cosas que se ven en vez de centrarla en las cosas que no se ven. Por este motivo también hemos decidido descatalogarlo.

Modelo “Mirada errante”: amplía enormemente el campo visual pero no distingue entre el color blanco y el negro. A los usuarios de este modelo les parece que todo lo que ven es aceptable.

Modelo “Ojos saltones”: deforma con mucha facilidad el campo visual creando todo tipo de dudas en el usuario. Éste comienza a saltar de opinión en opinión y nunca llega a un conocimiento exacto de la verdad.

Modelo “Apóstata”: deforma tanto el campo visual que se ve todo al revés. Donde antes se veían buenos motivos ahora se ven malévolas intenciones. Lo que antes se veía objetable ahora se ve digno de aceptación. Donde hay luz se ve oscuridad y donde hay oscuridad se ve luz. Ni sabemos qué tipo de lentes usa este modelo ni nos importa.

Filtra el chisme

¿Sabes lo que escuche acerca de tu amigo?”,

Espera un minuto,
Antes de que me hables sobre mi amigo,
puede ser una buena idea filtrar tres veces lo que vas a decir,

El primer filtro es la VERDAD,
¿Estás completamente seguro de que lo que vas a decirme es cierto?

“No –-, realmente solo escuche sobre eso y…”
“Bien entonces realmente no sabes si es cierto o no.

Ahora permíteme aplicar el segundo filtro,el filtro de la BONDAD.
¿Es algo bueno lo que vas a decirme de mi amigo?

“No, todo lo contrario”,
Entonces deseas decirme algo malo sobre él, pero no estás seguro de que sea cierto.

Pero podría querer escucharlo porque queda el tercer filtro de la UTILIDAD.
¿Me servirá de algo saber lo que vas a decirme de mi amigo?

“No, la verdad es que no”
“Bien si lo que deseas decirme no es cierto, ni bueno y no me es útil,
¿para que querría yo saberlo?”

Dicen que el chisme es como un pez fuera del agua, que salta y revolotea sin parar durante un tiempo pero invariablemente al final muere por si solo. (Santiago 3:6)

Las paradojas de nuestro tiempo

La paradoja de nuestro tiempo en la historia es que tenemos edificios cada vez más altos, pero tolerancia cada vez más baja, autopistas más anchas, pero puntos de vista más estrechos, gastamos más pero tenemos menos, compramos más pero disfrutamos menos.

Tenemos casas más grandes y familias más pequeñas, más comodidades, pero menos tiempo, tenemos más títulos, pero menos sentido, más conocimiento, pero menos juicio, más expertos, pero más problemas, más medicina, pero menos bienestar.

Hemos multiplicado nuestras posesiones, pero reducido nuestros valores. Hablamos demasiado, pero decimos poco con sentido, Se oye mucho la palabra «Te quiero» pero se siente muy pocas veces y odiamos demasiado a menudo.
Hemos aprendido como ganarnos la vida, pero no ganar para la vida, hemos agregado años a la vida, no vida a los años.

Hemos ido a la luna y regresado, pero tenemos problemas para cruzar la calle o el pasillo y encontrarnos con nuestros vecinos.

Hemos conquistado el espacio exterior, pero no el espacio interior.
Hemos limpiado el aire, pero contaminado el alma,
hemos desintegrado el átomo, pero no nuestro prejuicio.
Tenemos mayor ingreso, pero menos moral, hemos aumentado en cantidad, pero disminuido en calidad.

Estos son los tiempos de hombres altos, de carácter corto, de ganancias enormes y vínculos escasos.

Estos son los tiempos de paz mundial pero de guerra domestica, más ocio, pero menos diversión, más clases de comida, pero menos nutrición.

Estos son días de dos ingresos, pero mayor divorcios, de casas más lujosas pero de hogares más quebrados.

Es un tiempo en el que hay mucho en la vidriera y nada en el depósito, un tiempo en que la tecnología a través de la computadora te puede hacer llegar este mensaje, y un tiempo en que puedes elegir ya sea cambiar o Simplemente… apretar la tecla de borrar.

El salario de papá

Llegó el papá de trabajar y su hijo le dice;

~ Papá ~ ¿cuánto ganas la hora?
el papá le respondió muy enojado….

Hijo malcriado esos datos ni tu madre los conoce!!
y además ¿para qué quieres saber cuánto gano?
~ de seguro es para pedirme dinero verdad? ~
Ándele váyase a su cuarto y se queda sin cenar!!!

Pasada la medianoche el señor reflexiona lo que le dijo a su hijo y piensa:

A lo mejor mi hijo necesitaba algo ~

Va al cuarto de su hijo y le dice:
Hijo estás despierto?
Si papá entra ~
El papá le dice aquí tienes algo de dinero para ti hijo…
saca dinero el papá de su cartera y se los da…
~ le dice el papá ~ hijo yo gano 200 pesos la hora…
ahora si dime para que necesitas dinero?

Y el hijo -sonriendo- sacando unas monedas debajo de su almohada le dice:

~ Ahora si papá, ya complete el total ~

¿Me puedes vender una hora de tu tiempo?

La cajita de besos

 Hace ya un tiempo, un hombre castigó su pequeña niña de 3 años por desperdiciar un rollo de papel de aluminio. El dinero era escaso en esos días por lo que explotó en furia, cuando vio a la niña tratando de envolver de folio una caja de cartón.

Mas sin embargo, la niña le llevó el regalo a su padre la siguiente mañana y dijo:
«Esto es para ti, Papito». El se sintió avergonzado de su reacción de furia, pero éste volvió a explotar cuando vio que la caja estaba vacía. Le volvió a gritar diciendo:

«Qué no sabes que cuando das un regalo a alguien se supone que debe haber algo adentro?»

La pequeñita volteó hacia arriba con lágrimas en los ojos y dijo:
«Oh, Papito, no está vacía, yo soplé besos adentro de la caja, Todos para ti, Papi.»

El padre se sintió morir; puso sus brazos alrededor de su niña y le suplicó que lo perdonara.

Se ha dicho que el hombre guardó esa caja dorada cerca de su cama por años y siempre que se sentía derrumbado, él tomaba de la caja un beso imaginario y recordaba el amor que su niña había puesto ahí. Nadie podría tener una propiedad o posesión más hermosa que esta.

Oración de un niño

Señor, esta noche te pido algo especial:

Conviérteme en televisor.
Quisiera ocupar su lugar para poder vivir lo que vive el televisor en mi casa, tener un cuarto especial para mí.

Congregar a todos los miembros de mi familia a mí alrededor.

Ser el centro de atención al que todos quieren escuchar, sin ser interrumpido ni cuestionado.

Que me tomen en serio cuando hablo, sentir el cuidado especial e inmediato que recibe el televisor cuando algo no le funciona.

Tener la compañía de mi papa cuando llega a casa aunque venga cansado del trabajo.

Que mi mama me busque cuando este sola y aburrida en vez de ignorarme.

Que mis hermanos se peleen por estar conmigo.

Divertirlos a todos aunque a veces no les diga nada.

Vivir la sensación de que lo dejen todo por pasar unos momentos a mi lado.

Señor, no te pido mucho solamente
Quiero ser un televisor.

El árbol de los problemas

El carpintero que había contratado para ayudarme a reparar una vieja granja, acababa de finalizar un duro primer día de trabajo.

Su cortadora eléctrica se dañó y lo hizo perder una hora de trabajo y ahora su antiguo camión se negaba a arrancar. Mientras le llevaba a su casa, se sentó en silencio. Cuando llegamos, me invitó a conocer a su familia.

Mientras nos dirigíamos a la puerta de su casa, se detuvo brevemente frente a un pequeño árbol, tocando las puntas de las ramas con ambas manos. Cuando se abrió la puerta, el rostro de aquel hombre se transformó, sonrió, abrazó a sus dos pequeños hijos y le dio un beso a su esposa. Luego me acompañó hasta el coche.

Cuando pasamos cerca del árbol, sentí curiosidad y le pregunte por lo que lo había hecho un rato antes. «Oh, ese es mi árbol de problemas», contestó. «Sé que no puedo evitar tener problemas en el trabajo, pero una cosa es segura: los problemas no pertenecen a la casa, ni a mi esposa, ni a mis hijos.

Así que simplemente los cuelgo en el árbol cada noche cuando llego a casa. Luego, a la mañana siguiente, los recojo otra vez.
Lo bueno es -concluyó sonriendo- que cuando salgo por la mañana a recogerlos, no hay tantos como los que recuerdo haber colgado la noche anterior».

La prueba Final

John X se levantó del banco, arreglando su uniforme, y estudió la multitud de gente que se abría paso hacia la Gran Estación Central.

Buscó la chica cuyo corazón él conocía pero cuya cara nunca había visto, la chica de la rosa.

Su interés en ella había comenzado 13 meses antes en una Biblioteca de Florida.
Tomando un libro del estante, se encontró intrigado,
no por las palabras del libro sino por las notas escritas en el margen.

La escritura suave reflejaba un alma pensativa y una mente brillante.
En la parte del frente del libro descubrió el nombre de la dueña anterior, la señorita Hollys Maynell.

Con tiempo y esfuerzo localizó su dirección.
Ella vivía en Nueva York.
Él le escribió una carta para presentarse y para invitarla a corresponderle.

Al día siguiente, John fue enviado por barco para servir en la Segunda Guerra Mundial.
Durante un año y un mes, los dos se conocieron a través del correo, y un romance fue creciendo.

John le pidió una fotografía, pero ella se negó
Ella sentía que si a él de verdad le importaba, no importaría cómo ella luciera.

Cuando por fin llegó el día en que él regresaría de Europa,
ellos arreglaron su primer encuentro:
a las 7:00 pm en la Gran Estación Central de Nueva York.
«Tú me reconocerás» dijo ella, «por la rosa roja que llevaré en la solapa».

Así que a las 7 John estaba en la estación buscándola.

Dejaré que el señor X les diga lo que sucedió:

«Una joven mujer vino hacia mi, su figura alta y esbelta.
Su cabello rubio y rizado se encontraba detrás de sus delicadas orejas; sus ojos eran azules como flores.
Sus labios y su mentón tenían una gentil firmeza y en su traje verde pálido era como la primavera en vida.

Yo comencé a caminar hacia ella sin darme cuenta que no llevaba la rosa.

Mientras me movía, una pequeña y provocativa sonrisa curvó sus labios: «¿Vas por mi vía, marinero?» Murmuró ella.

Casi incontrolablemente di un paso hacia ella y entonces vi a Hollis Maynell.

Estaba parada casi directamente detrás de la chica.
Una mujer, ya pasada de sus 40, con cabello grisáceo bajo un sombrero gastado.

Era más que regordeta, sus pies con gruesos tobillos descansaban en zapatos de suela baja.

La chica en el traje verde se iba rápidamente.

Sentí como si me partiera en dos:
mi deseo tan agudo de seguirla, y a la vez tan profundo mi anhelo por la mujer cuyo espíritu me había acompañado y apoyado,
Y ahí estaba ella.

Su pálida y rolliza cara era gentil y sensible,
sus ojos grises tenían un brillo cálido y amigable. No vacilé.
Mis dedos apretaron la pequeña y usada copia de cuero del libro que era para identificarme con ella.

Esto no sería amor, pero sería algo preciado,
algo quizá mejor que el amor, una amistad por la que había y debía estar siempre agradecido.

Cuadré mis hombros, saludé y le ofrecí el libro a la mujer,
aunque mientras hablaba me sentí ahogado por la amargura de mi decepción.

Soy el Teniente John X, y usted debe ser la Srta. Maynell.
Estoy muy contento que me pudiera conocer;
¿la puedo llevar a cenar?

La cara de la mujer se ensanchó en una sonrisa tolerante.
«No sé de qué se trata esto hijo» ella respondió,
«pero la señorita en el traje verde que se acaba de ir me rogó que usara esta rosa en mi abrigo.

Y ella dijo que si usted me invitaba a cenar yo le dijera que lo está esperando en el restaurante de frente.

Ella dijo que era una clase de «prueba!»

No es difícil de entender y admirar la sabiduría de la Srta. Maynell.

La verdadera naturaleza de un corazón se ve en su respuesta a lo no atractivo.

«Dime a quien amas» escribió Houssaye, «Y te diré quién eres».

Use la Imaginación

Cuenta una antigua leyenda que en la Edad Media un hombre muy virtuoso fue injustamente acusado de haber asesinado a una mujer.

En realidad el verdadero autor era una persona muy influyente del reino y por eso desde el primer momento se procuro un chivo expiatorio para encubrir al culpable.

El hombre fue llevado a juicio ya conociendo que tendría escasas o nulas chances de escapar al terrible veredicto ¡¡la horca!!.

El Juez también complotado cuidó no obstante de dar todo el aspecto de un juicio justo por ello dijo al acusado:

-«Conociendo tu fama de hombre justo y devoto del Señor vamos a dejar en manos de El tu destino, vamos a escribir en dos papeles separados las palabras culpable e inocente.
Tu escogerás y será la mano del Dios la que decida tu destino.»

Por supuesto el mal funcionario había preparado dos papeles con la misma leyenda CULPABLE y la pobre víctima aun sin conocer los detalles se daba cuenta que el sistema propuesto era una trampa.

No había escapatoria el Juez invitó al hombre a tomar uno de los papeles doblados.

Este respiró profundamente quedó en silencio unos cuantos segundos con los ojos cerrados y cuando la sala comenzaba ya a impacientarse abrió los ojos y con una extraña sonrisa tomó uno de los papeles y llevándolo a su boca lo engulló rápidamente.

Sorprendidos e indignados los presentes le reprocharon airadamente:

-«Pero ¿qué hizo Y ¿ahora ¿Cómo vamos a saber el veredicto?»

«Es muy sencillo respondió el hombre. Es cuestión de leer el papel que queda y sabremos lo que decía el que me tragué». Con rezongos y bronca mal disimulada no les quedó más remedio que liberar al acusado. Y jamás volvieron a molestarlo.

Moraleja: SEA CREATIVO, CUANDO TODO PAREZCA PERDIDO, USE LA IMAGINACION.

» En los momentos de crisis sólo la imaginación y la oración son más importantes que el conocimiento.»