*** w97 1/2 págs. 14-19 “Aunque ustedes nunca lo vieron, lo aman” ***
“Aunque ustedes nunca lo vieron, lo aman”
“Aunque ustedes nunca lo vieron, lo aman. Aunque ahora no están mirándolo, sin embargo ejercen fe en él y están regocijándose en gran manera.” (1 PEDRO 1:8.)
NINGÚN ser humano vivo en la Tierra hoy ha visto jamás a Jesucristo. Sin embargo, millones de personas afirman que lo aman. Todos los años, en Manila (Filipinas), el 9 de enero sacan por las calles una estatua de tamaño real de Jesucristo acarreando la cruz, lo que se ha definido como la manifestación de fervor religioso popular más imponente y más espectacular del país. Enardecida, la multitud se abre camino a empujones y codazos; incluso hay personas que se suben encima de otras en un frenético intento de tocar la imagen. A muchos de los que van para contemplar esta procesión les atrae sobre todo el ambiente festivo. Sin embargo, en algunos casos se trata indudablemente de personas que se sienten sinceramente cautivadas por la figura de Jesús. Prueba de ello, es que muchos llevan un crucifijo o tal vez asisten con asiduidad a la iglesia. Ahora bien, ¿puede considerarse que tal acto de idolatría es adoración verdadera?