Médicos y enfermeras preparan un quirófano del Hospital Germans Trias i Pujol, Can Ruti, para una intertenvión. / JOAN CORTADELLAS
La denominada cirugía sin sangre forma parte de la oferta de un centro médico privado de Barcelona donde los pacientes que son Testigo de Jehová dejan constancia escrita de que asumen el riesgo de morir en caso de que la operación se complique y lleguen a necesitar una transfusión sanguínea que, por su explícita decisión, no se les practicará.
Los pacientes así operados reciben un tratamientoa previo a la intervención que «les adecua» la candidad de glóbulos rojos disponibles, con el fin de prevenir que sufran anemia y hayan de necesitar sangre ajena. Durante la operación, el equipo quirúrgico se asegura de que la sangre que surja del paciente no se perderá. Ese material es recogido y, una vez limpio, se reinyecta al cuerpo del que salió. «Es un proceso meticuloso que exige una gran organización», indica un especialista que practica cirugía sin sangre, que pide anonimato.
El uso de sangre ajena en el momento de una intervención quirúrgica -máxime si es cardiaca- es, siempre, tanto en los hospitales públicos de Catalunya como en los privados, el «último recurso» al que se acogen los cirujanos cuando, de no hacerlo así, estará en peligro la vida del paciente. Así lo asegura el responsable de cirugía cardiaca en un hospital adcrito al Institut Català de la Salut (ICS), que también pide anonimato. «La transfusión es siempre un último recurso vital -añade-. En un 40% de las intervenciones cardiacas que hacemos en los hospitales públicos no se trasfunde sangre ajena, porque no se necesita».
ÉTICA Y EQUIPOS
En la red sanitaria pública es mucho más complejo que en un centro privado comprometerse ante un Testigo de Jeová a evitar una transfusión sanguínea, añade el cirujano. «Es una cuestión ética y organizativa -explica-. Los equipos de cirugía son multidisciplinares y esa decisión, que puede implicar la muerte del paciente, deberían suscribirla cirujano, anestesista, intensivista y cardiólogo, bajo cuya responsabilidad se encuentra ese enfermo».
Este especialista resta importancia al hecho de recibir una transfusión sanguínea de forma puntual. «Supone un beneficio muy superior al supuesto riesgo que puede implicar que se transfiriera un virus aún no identificado«, indica. Este aspecto, en cambio, es destacado como «fundamental» en el centro médico que opera ‘sin sangre’. «El sistema inmunológico del receptor de sangre ajena debe adaptarse a ella», afirma el médico