La Montaña y el Abismo

Le dijo una vez la montaña al abismo:
"Yo, desde mis majestuosas cumbres tengo al mundo a mis pies, contemplo los más bellos amaneceres y los más esplendorosos crepúsculos; la luz de la luna acaricia mi cuerpo y me siento parte de las estrellas porque casi puedo tocarlas.
Es tan grande mi presencia que casi puedo sentir que toco a DIOS".
Y tú, insignificante abismo…¿ Qué haces allá abajo?

Y el abismo le contestó:
"YO SOY QUIEN TE SOSTIENE".

Enseñanza:
Sin la existencia de la piedra más pequeña, no se formaría la playa.
Sin la existencia de un hilo, una alfombra no tendría tanta belleza, y sin la existencia de la gota de agua, el océano no tendría su inmensidad.
Toda la existencia y todos los seres somos indispensables y nadie está por encima de nadie.

La Rosa y el Sapo

Había una vez una rosa roja muy bella, se sentía de maravilla al saber que era la rosa más bella del jardín. Sin embargo, se daba cuenta de que la gente la veía de lejos. Se dio cuenta de que al lado de ella siempre había un sapo grande y oscuro, y que era por eso que nadie se acercaba a verla de cerca.

Indignada ante lo descubierto le ordenó al sapo que se fuera de inmediato; el sapo muy obediente dijo: "Esta bien, si así lo quieres…"

Poco tiempo después el sapo pasó por donde estaba la rosa y se sorprendió al ver la rosa totalmente marchita, sin hojas y sin pétalos.

Le dijo entonces: "Vaya que te ves mal. Qué te pasó?"

La rosa contesto: "Es que desde que te fuiste las hormigas me han comido día a día, y nunca pude volver a ser igual."

El sapo sólo contestó: "Pues claro, cuando yo estaba aquí me comía a esas hormigas y por eso siempre eras la más bella del jardín."

Moraleja:

Muchas veces despreciamos a los demás por creer que somos más que ellos, más bellos o simplemente que no nos "sirven" para nada.

Dios no hace a nadie para que sobre en este mundo. Todos tenemos algo que aprender de los demás o algo que enseñar, y nadie debe despreciar a nadie, no vaya a ser que esa persona nos haga un bien del cual ni si quiera estemos conscientes.

Yo conozco un pueblo… (Segunda parte)

Grandes batallas pueden ser ganadas por pequeños ejércitos. La diferencia muy bien pudiera ser la tecnología. Quien la tenga de su lado se alzará con la victoria. Grandes imperios han sido conquistados por pueblos mucho mas pequeños y débiles. La historia nos trae el relato de Alarico, rey de los visigodos, una tribu germana que se había convertido al “cristianismo”, que en el 410 E.C. derrotó al imperio romano. El poderoso ejército ruso fue derrotado en Afganistán por grupos de guerrillas, luego de muchos años de largas luchas. Hoy, el ejército más poderoso de la Tierra –el ejército norteamericano- está tambaleando ante el constante empuje de esos mismos grupos de guerrillas, también en Afganistán.
Seguir leyendo Yo conozco un pueblo… (Segunda parte)

Jesucristo no murió en la cruz

Un teólogo sueco asegura que no existen suficientes evidencias bíblicas

05.07.10 | 17:22 h.  INFORMATIVOS TELECINCO

La crucifixión, en duda. Después de 2.000 años siendo el símbolo de la muerte de Jesucristo y del cristianismo, las referencias bíblicas no son suficientes para decir que Cristo murió en la cruz. Un teólogo sueco que ha estudiado el asunto durante tres años, cree que un error de traducción puede ser el origen del equívoco, según publica el portal de la cadena estadounidense ‘ABC News’ .

Un teólogo sueco asegura que no existen referencias explícitas en la Biblia de que Jesucristo fuera crucificado.

Gunnar Samuelsson, pastor evangelista y teólogo ha consultado durante tres años numerosos textos antiguos para realizar una tesis de 400 páginas titulada ‘La Crucifixión en la antiguedad’.

El estudioso de 44 años, califica su descubrimiento de «shock», porque «aunque hay numerosas referencias a ‘un dispositivos de suspensión’, vinculado a la muerte de Jesucristo, no encontró ninguna mención explícita a la cruz, en forma de T clásica», ni en los textos antiguos, ni en los Evangelios.

Samuelsson, ferviente religioso que cree en la resurrección de Jesús, afirma que durante generaciones y generaciones se ha malinterpretado y traducido mal la palabra griega ‘stauros’, como crucixión, cuando en realidad, este término significa aparato de suspensión, que podría ser «un poste o un tronco de árbol».

«Si usted elige sólo las escrituras y pasa por alto el arte y la teología, solo hay absolutamente una pequeña cantidad de información acerca de la crucifixión. En la Biblia se lee que Jesús fue llevado en algo que se llama ‘stauros’ hasta el Calvario.

Todo el mundo pensó que significaba cruz, pero no es la única acepción que tiene esa palabra. No podemos decir que cada instancia de este sustantivo, stauros hace referencia a una cruz «, dijo Samuelsson.

Los dispositivos de suspensión y la muerte de esta forma fueron usados habitualmente en el mundo antiguo por los romanos y sus contemporáneos, para la ejecución y la exhibición de los órganos de criminales y enemigos.

Parte de su fundamentación sobre la traducción equivocada tiene origen en referencia a las cosas,  como las frutas y animales muertos que son traducidos «crucificados» en los textos antiguos. Mientras cuando en estos se traduce la palabra como «suspendido» tiene más sentido.

Incluso, asegura este pastor que no esperaba el interés que está generando su tesis, que solo en un libro se mencionan los clavos.

En un principio, este hombre pensó que iba a imprimir 200 copias para que las leyeran su familia y amigos, pero que no esperaba el interés que ha provocado entre los estudiosos.

De todas formas, Samuelsson que se define a sí mismo como «un pastor aburrido». asegura que «cree fervientemente que Jesús es el hijo de Dios y que su descubrimiento no significa que tengamos que echar abajo las cruces en todas las iglesias. »

Fuente:

El Bizcocho

Cierto día una joven estaba a la espera de su vuelo en la sala de embarque del aeropuerto. Como ella debía esperar varias horas para embarcar, se resolvió comprar un libro para matar el tiempo.

También compró un paquete de bizcochos. Entonces halló una parte tranquila y cómoda en el aeropuerto para sentarse, descansar y leer en paz.

Al lado de ella también se sentó un hombre. Cuando ella saca su primer bizcocho del paquete, el hombre también sacó uno. Ella se sintió indignada pero no dijo nada.

Ella pensó para si: “Qué caradura”. Si tuviese más coraje, le daría un golpe en el ojo para que no me moleste nunca más.

Y a cada bizcocho que ella sacaba el hombre también sacaba uno. Aquello la tenia tan indignada que no conseguía reaccionar, ni concentrarse. Finalmente quedaba un solo bizcocho y ella pensó: “¿qué será que este abusador pensará hacer ahora?”

Entonces el hombre dividió el bizcocho por la mitad, dejando la otra mitad para ella. Aquello la dejó llena de ira y de rabia. Cerró su libro tomó sus cosas y se dirigió a otra parte de la sección para el embarque.

Cuando se sentó nuevamente ahora en este otro lugar, notó que tenía su paquete de bizcochos intacto dentro de su cartera…

Ella se sintió muy avergonzada, pues la errada había resultado ser ella. El hombre se había ido… ya había oportunidad de pedirle disculpas. El hombre dividió sus bizcochos con gusto sin sentirse indignado, mientras que ella que estaba muy airada por lo que pasaba.

Cuantas veces en la vida tal vez estemos comiendo los bizcochos de otros sin siquiera darnos cuenta de ello?

Además, que lección nos deja sobre el ser generosos con los demás y no reaccionar de maneras mezquinas.

Recordemos que hay más felicidad en dar que recibir.

Comprendamos plenamente lo que eso significa.

Todos tenemos grietas

Un cargador de agua de la India, tenía dos grandes vasijas que colgaba a los extremos de un palo y que llevaba encima de los hombros. Una de las vasijas tenía varias grietas, mientras que la otra era perfecta y conservaba toda el agua al final del largo camino a pié desde el arroyo hasta la casa de su patrón, pero cuando llegaba, la vasija rota solo tenía la mitad del agua.

Durante dos años completos esto fue así diariamente, desde luego la vasija perfecta estaba muy orgullosa de sus logros, pues se sabía perfecta para los fines para los que fue creada. Pero la pobre vasija agrietada estaba muy avergonzada de su propia imperfección y se sentía miserable, porque solo podía hacer la mitad de todo lo que se suponía que era su obligación.

Después de 2 años, la tinaja quebrada le habló al aguador así, diciéndole…

“Estoy avergonzada y me quiero disculpar contigo, porque debido a mis grietas solo puedes entregar la mitad de mi carga y solo obtienes la mitad del valor que deberías recibir”

El aguador le dijo comprensivamente…

“Cuando regresemos a la casa quiero que notes las bellísimas flores que crecen a lo largo del camino”

Así lo hizo la tinaja. Y en efecto, vio muchísimas flores hermosas a lo largo del camino, pero de todos modos se sentía apenada porque al final, solo quedaba dentro de sí la mitad del agua que debía llevar.

El aguador le dijo entonces…

“¿Te diste cuenta de que las flores crecen de tu lado del camino?. Siempre he sabido de tus grietas y quise sacar el lado positivo de ello, sembré semillas de flores a todo lo largo del camino por donde vas y todos los días las has regado y por dos años yo he podido recoger estas flores para decorar el altar de mi maestro. Si no fueras exactamente como eres, con todo y tus defectos, no hubiera sido posible crear esta belleza”.

Cada uno de nosotros tiene sus propias grietas. Todos somos vasijas agrietadas, pero debemos saber que siempre existe la posibilidad de aprovechar las grietas para obtener buenos resultados.

Por otro lado nunca debemos despreciar o subestimar a los que parecen tener menos posibilidades o recursos, porque pueden llegar producir cosas hermosas incluso mejores que aquellos que parecen estar mejor dotados.

La Luciérnaga y la Serpiente

Cuenta la leyenda, que una vez, una serpiente empezó a perseguir a una luciérnaga; ésta huía rápido con miedo, de la feroz depredadora. Y la serpiente no pensaba desistir.
Huyó un día, pero la serpiente no desistía. Dos días y nada…..
En el tercer día, ya sin fuerzas, la luciérnaga paró y dijo a la serpiente: ¿puedo hacerte tres preguntas?
– No acostumbro a dar ésta oportunidad a nadie, pero como te voy a devorar, puedes preguntar.
– ¿Pertenezco a tu cadena alimenticia?
– No
– ¿Yo te hice algún mal?
– No
– Entonces, ¿Por qué quieres acabar conmigo?
– Porque no soporto verte brillar…

MORALEJA: Triunfa y comienza a contar tus enemigos

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies