Por Alissa de Carbonnel
MOSCU (Reuters) – Cuando Alexander Kalistratov vio la forma en que oficiales de seguridad rusos irrumpieron armados en su casa, lo último que pensó fue que lo que buscaban eran sus libros.
A este líder de la congregación local de Testigos de Jehová en Siberia ahora le esperan hasta dos años en prisión si es hallado culpable de incitar al odio religioso por la distribución de literatura sobre sus creencias.
«Tiraron todo de mis estantes sin siquiera molestarse a ordenarlo, ni siquiera mi Biblia», dijo por teléfono Kalistratov, un barrendero, desde la ciudad siberiana de Gorno-Altaysk, a 3.600 Kilómetros al este de Moscú.
Su juicio es el primero de una decena de causas pendientes contra Testigos de Jehová y muchas otras personas atrapadas en la extensa red de juicios criminales realizados bajo la ley anti-extremismo de Rusia.
Activistas de derechos humanos dicen que la ambigua legislación, aprobada en 2002, está siendo cada vez más explotada por las autoridades para perseguir a minorías religiosas, intimidar a los medios de comunicación y tomar medidas enérgicas contra los opositores.
«Esta ley es usada por varios funcionarios para sus fines personales», dijo Alexander Verkhovsky, cuyo grupo de derechos humanos SOVA monitorea delitos relativos al extremismo y creencias religiosas.
«En la práctica, es una herramienta universal. Puede ser usada para tomar a cualquiera como blanco (…) por motivos políticos, religiosos o incluso grupos completamente apolíticos como activistas sindicales», agregó Verkhovsky.
La ley -que supuestamente apunta a combatir potenciales amenazas terroristas- fue puesta en ejercicio a comienzos de este año para multar a dos importantes curadores de Moscú con el pago de 350.000 rublos (11.3000 dólares) por una polémica muestra de arte pop en Moscú y para prohibir el popular sitio de internet YouTube en el Lejano Oriente de Rusia.
PRIVILEGIOS PARA IGLESIA ORTODOXA
En el caso contra Kalistratov, los activistas dicen que las autoridades locales realmente están buscando eliminar grupos que son mal vistos por la iglesia ortodoxa rusa.
Esta iglesia ha vivido un resurgimiento desde la caída de la Unión Soviética y tradicionalmente ha ocupado un lugar privilegiado en Rusia, con fuertes lazos con el Estado.
La iglesia ortodoxa se ha quejado en reiteradas ocasiones de que otras agrupaciones están buscando captar conversos en su territorio.
«No tengo dudas de que esta es una campaña centralizada. Algún líder de alto rango ha dado la orden de perseguir a un grupo determinado», dijo Verkhovsky.
Muchos fiscales se apresuran a prohibir textos, que luego son incluidos en la Lista Federal de Material Extremista, un catálogo en constante aumento que en su última versión impresa tenía más de 50 páginas.
La prohibición de los textos básicos de los Testigos de Jehová ha generado más de 150 detenciones en un período de tres meses, según SOVA.
«Recordamos lo que les ocurrió a los Testigos de Jehová en la era soviética, en los años 50, cuando unos 1.000 fueron exiliados a Siberia. Ahora parece que todo esto está repitiéndose», dijo Grigory Martynov, un portavoz del grupo, que tiene unos 162.000 seguidores en Rusia.
La analista de asuntos religiosos Geraldine Fagan dijo que había material inocuo que estaba siendo tildado de extremista.
«En algunos casos, es bastante ridículo. Si los textos dicen que su fe es la mejor o la más auténtica, entonces eso es considerado extremista. Pero eso es una parte integral de cualquier religión, de modo que resulta particularmente inquietante», sostuvo Fagan.
Los fiscales usualmente recurren a las «opiniones de expertos» y remiten el material a un tribunal local, pero los analistas dicen que esas opiniones son sesgadas, que los tribunales son fáciles de convencer y las cortes rara vez revocan sus decisiones.
Testificando en nombre de Kalistratov en las primeras audiencias, Mikhail Odintsov, un funcionario que trabaja para el defensor de los derechos de Rusia, rebatió con fuerza el análisis sobre el cual los fiscales basaron su acusación, diciendo quera «completamente falto de rigor científico».
«Este tipo de peritajes está lleno de errores judiciales y podría resultar un detonador de violaciones en masa de derechos humanos en Rusia», dijo Odintsov al tribunal.
(Editado en español por Javier Leira)
FUENTE: http://lta.reuters.com/