Grandes batallas pueden ser ganadas por pequeños ejércitos. La diferencia muy bien pudiera ser la tecnología. Quien la tenga de su lado se alzará con la victoria. Grandes imperios han sido conquistados por pueblos mucho mas pequeños y débiles. La historia nos trae el relato de Alarico, rey de los visigodos, una tribu germana que se había convertido al “cristianismo”, que en el 410 E.C. derrotó al imperio romano. El poderoso ejército ruso fue derrotado en Afganistán por grupos de guerrillas, luego de muchos años de largas luchas. Hoy, el ejército más poderoso de la Tierra –el ejército norteamericano- está tambaleando ante el constante empuje de esos mismos grupos de guerrillas, también en Afganistán.
En el campo religioso se pueden encontrar ciertas similitudes con las realidades que se dan en el plano militar. Las diferentes religiones del mundo se muestran muy complacidas por el abultado número de miembros que tienen en sus filas. A eso le agregan las grandes obras que llevan a cabo. También son muy dadas a hablar de las muchas almas que salvan a diario. Y con sus milagros –la sanación de enfermos- entienden que se labran un camino expedito al Cielo. Si escudriñamos en las enseñanzas bíblicas vamos a encontrar y aprender que Dios no se mueve por medio de mayorías, tampoco puede ser presionado por medio de círculos de oraciones provenientes del llamado ecumenismo. Sencillamente, Dios no está limitado ni obligado por las grandes obras que el hombre pueda hacer, aunque sean en su nombre. Para decir la verdad, en la Biblia no hay una sola instancia donde se pueda decir que la humanidad –en su gran mayoría- ha estado de parte de Dios. Todo lo contrario, la Biblia sí dice que “el mundo entero yace en el poder del inicuo.” Por eso es que hoy conocemos las perversiones más horribles que el mundo haya vivido. Solo durante el siglo XX, podemos señalar las grandes atrocidades cometidas por el hombre. Y los primeros años del actual siglo XXI, siguen plagados de perversiones sexuales y de todo tipo de inmoralidad. Un mundo así no puede ser amigo de Dios.
Los líderes religiosos de este mundo son culpables de todas estas vergonzosas actuaciones, pues han fallado malamente en reconciliar al hombre con Dios. Luego de tantos siglos de oraciones, rezos y plegarias, ¿por qué el mundo va de mal en peor? Porque todos esos pedidos son rituales contaminados con la mentira y la hipocresía. Dios no escucha esas oraciones. No importa cuán grande sea la multitud que clame por esas bendiciones celestiales.
Los testigos de Jehová en la actualidad tienen sobre siete millones de miembros activos. Esto quiere decir que son siete millones que se mueven activamente por todo el planeta llevando sus enseñanzas a todo aquel que los quiera oír. Es un pequeño ejército bien adiestrado que va cumpliendo con el mandato que dio Jesús a sus apóstoles de ir en busca de nuevos discípulos. Hasta donde yo se, es el único grupo religioso que va casa por casa, playa por playa, que visita campos y ciudades y que va a los lugares más extremos del planeta para mostrar lo que es un verdadero cristianismo. Toda una magnífica misión en más de 265 países, en todos los continentes e islas. Allí, donde hayan seres humanos, esta hermandad religiosa mueve sus pies, sus manos y su boca. Su misión es extensa y muchas veces peligrosa. Pero ellos no le tienen miedo ni a gobiernos ni a opositores religiosos. A todos los lugares llevan el mismo mensaje, las mismas creencias y lo hacen con ardor y mucho amor. En sus filas no existen diferencias por raza, ni por cuestiones económicas ni por niveles sociales. Allí todos se tratan con el mayor de los respetos. Y para darle más dignidad a su misión todo lo hacen siguiendo el principio bíblico de “recibiste de gratis, da de gratis.” ¡Eso sí es entregarse al prójimo! Así se siembra y cosecha una espiritualidad sublime.
¿Cuánto sabe usted sobre los testigos de Jehová? Mucha gente solo puede hablar cosas negativas de ellos. Se limitan a balbucear sobre el tema de las transfusiones de sangre, de que son ciudadanos que no aman la patria, que no respetan las leyes establecidas y que tienen enseñanzas raras sobre el evangelio. También comentan que los testigos no conocen a Jesucristo. Claro, todas esas tergiversaciones vienen de los líderes de la cristiandad que tanto ha perseguido a los testigos de Jehová. Los acusan de tener su propia Biblia y con sus propias interpretaciones. Pero nadie de la cristiandad está dispuesto a retarlos para ver quién tiene la razón. Y la razón clara y sencilla de todo ese odio es porque los testigos son los únicos que han desenmascarado a toda la cristiandad de sus enormes pecados y errores. Porque son ellos los únicos que le mencionan a la cristiandad sus vergonzosas ramerías espirituales. Porque son ellos los únicos que se atreven a hablar de la prostitución espiritual que la cristiandad ha mantenido con los poderes económicos, políticos y militares de este mundo.
Los testigos de Jehová salieron de las diferentes religiones de la cristiandad. Pero ese pasado ha sido echado al abismo. Por eso es que son diferentes. Las enseñanzas que por tantos años cargaron consigo murieron para siempre. Se separaron de un mundo religioso lleno de unas doctrinas que a todas luces contradicen las Escrituras. Han llegado a conocer la “verdad exacta”, de la cual habla el apóstol Pablo. Han seguido el noble principio de Jesús cuando dicen que “no son parte de este mundo.” Por eso no se envuelven en el corrupto sistema político de los hombres. Tampoco tienen intereses en los grandes negocios de este mundo. Ni se cuentan en las inhumanas guerras que han azotado a todo el planeta Tierra. En sus manos no hay sangre inocente. Ninguna familia de los testigos ha tenido que llorar por un hijo/hija que haya regresado cadáver de ningún campo de guerra.
Esta hermandad cristiana verdaderamente ha aprendido a mantenerse limpia en lo espiritual y en lo físico. Por eso es que entre ellos no existen los vicios que tanto envilecen al resto de la humanidad. Dentro de la imperfección que nos derrumba a todos, los testigos de Jehová hacen un esfuerzo digno de copiar por mantenerse libres de toda contaminación física y espiritual. Ese es el legado que van pasando de generación en generación. Por eso es que tienen dentro de su estructura de enseñanzas la” expulsión amorosa.” ¿Dónde está la virtud del amor en esta enseñanza? Simplemente, para salvaguardar la espiritualidad del resto de la congregación. ¿Qué haría usted si ve que su casa está invadida por una plaga de cucarachas? Tomaría todas las medidas disponibles a su alcance para eliminar tal plaga. Esa sería la manera lógica para poder seguir viviendo en su casa. Ahora bien, todo aquel que muestre un arrepentimiento verdadero será aceptado nuevamente en la congregación. Eso fue lo que enseñó el apóstol Pablo. Mientras ese requisito no sea cumplido ese miembro no podrá obtener privilegios como anciano de la congregación.
Este grupo religioso tiene unas fuertes creencias que defienden a capa y espada, y lo saben hacer con hidalguía y elegancia. Están totalmente convencidos de ellas y por eso no son dados a la discusión frívola que nunca resuelve nada. Ellos no discuten, ellos enseñan. Creen que “toda Escritura es inspirada de Dios.” Pero la cristiandad no acaba en ponerse de acuerdo en este tema. Muchos líderes religiosos creen que Dios utilizó la evolución en sus planes creativos. Los testigos santifican el nombre de Dios, al llamarlo Jehová. El resto de la cristiandad se refiere a Jesús como un dios que es parte de una trinidad. En ese enredo trinitario se muere toda la cristiandad. Pero el propio Jesús dijo: “El Padre es mayor que yo.” Y todo lo resuelven con la palabra “misterio.” Mientras Jesucristo predicó un gobierno celestial, la cristiandad sigue enfangada en amistad con los sistemas políticos terrenales. Mientras la cristiandad se pasa enseñando que el planeta Tierra va a ser devorado por un fuego de castigo, los testigos se aferran a la palabra bíblica que dice “la tierra permanece para siempre.” Los testigos se atienen a las autoridades civiles con mucho gusto para cumplir con el mandato: “Paguen a César las cosas de César, pero a Dios las cosas de Dios.” Así pues, obedecen las leyes de su país, siempre y cuando estas no choquen con las de Dios. Líderes y miembros de la cristiandad se pasan rebuscando a ver cómo pueden sacar el mejor partido a las leyes, especialmente aquellas que regulan las finanzas. Entre los primeros cristianos, contando a los escritores de la Biblia, no existía una clase clerical. Este modelo bíblico es el que siguen los testigos de Jehová. En la cristiandad los rangos y títulos crean toda una clase de privilegios. Y todos trabajan por monedas de un Sanedrín moderno. Nada dan de gratis. Todo se vende. En esta hermandad sus miembros no se entretienen en juegos de azar, tampoco se desviven por ningún deporte, ni son esclavos de las novelas llenas de escenas de sexo y violencia. En este pueblo no existe el cantante cristiano que cosecha el aplauso del mundo y amasa grandes cantidades de dinero. Ese mundo farandulero no cabe en la hermandad de los testigos. En sus enseñanzas se desecha toda forma de prejuicio, oscurantismo y superstición. En ellas no hay posturas maniáticamente preconcebidas. Este es un pequeño catálogo de diferencias entre los testigos de Jehová y el mundo religioso de la cristiandad.
Sí, yo conozco un pueblo que vive los principios cristianos de acuerdo a como están escritos en la Biblia. Sí, yo conozco un pueblo que está separado del resto de aquellos que mercadean la verdad y los propósitos de Dios. Sí, yo conozco un pueblo que trata por todos los medios de mantener a sus miembros fuera de las garras de todos los vicios que inundan a la humanidad. Sí, yo conozco un pueblo que se gasta tratando de enseñar y advertir al mundo dónde estamos y para dónde vamos. Las manecillas del reloj siguen girando y la cristiandad nos dice que todo está bien, que con fe podemos seguir adelante. Todo lo dan por bueno y dicen que Jesucristo no es un Dios de castigo, que todo lo perdona. Si pudieran echarían al fondo del mar el libro de Apocalipsis para así poder validar ese error de enseñanza.
Sí, este es el mismo pueblo que le hizo frente a la diabólica maquinaria bélica del nazismo. Sí, ese pueblo se conoce como los testigos de Jehová. No pertenezco a ese pueblo, pero lo admiro y respeto.
Queda de ustedes,
Arturo Cardona Mattei
Caguas, Puerto Rico
FUENTE: http://www.lanaciondominicana.com/ver_opinion.php?id_opinion=1895