La “hiperliteral” Traducción del Nuevo Mundo de las Sagradas Escrituras deja en evidencia algunas de las doctrinas erróneas que las principales iglesias llevan siglos enseñando. Por ello se ha ganado la fiera oposición de muchas personas que la atacan desde diversos ángulos. Muchas de tales críticas son perfectamente legítimas, pues cualquier traducción está sujeta a crítica, pero otras llegan a rozar el límite del disparate, si es que no lo cruzan totalmente. La cuestión de Johannes Greber es probablemente el caso más notable.
¿Quién es, o quién fue, Johannes Greber? Si pregunta a algún testigo de Jehová, lo más probable es que el nombre no le resulte siquiera familiar. Si acude a buscadores de Internet, se encontrará en cambio con miles de referencias; pero ninguna de ellas pertenece a una página oficial de los testigos de Jehová, la práctica totalidad pertenecen más bien a páginas de opositores de los testigos de Jehová. Las acusaciones referentes a este personaje son diversas y a veces hasta contradictorias.
Vamos a analizar la cuestión desde el principio para después abordar algunas de estas acusaciones.
Menciones de Johannes Greber en publicaciones de los testigos de Jehová
La Atalaya del 1 de octubre de 1955, en su edición en inglés, incluyó un artículo hablando acerca de la vida después de la muerte. En éste habla de las creencias de la Iglesia Católica, como la de la inmortalidad del alma, que han contribuido al auge del espiritismo y del espiritualismo (religión que fomenta el contacto con los espíritus de supuestos difuntos). Entre otros personajes, en la página 603 menciona a un tal Johannes Greber de este modo:
“No sorprende que cierto Johannes Greber, que fue clérigo católico, se haya vuelto espiritualista y haya publicado el libro titulado Communication with the Spirit World, Its laws and Its Purpose (“Comunicación con el mundo de los espíritus, sus leyes y su propósito” 1932, Macoy Publishing Company, New York). En su prólogo hace la típica declaración errónea: «El libro espiritualista más significativo es la Biblia; pues su contenido principal depende de los mensajes del más allá para los que existen en el presente””.
La Atalaya del 15 de febrero de 1956, en su edición en inglés contiene un artículo que trata sobre el auge de la religión conocida como “espiritualismo”, que recurre al contacto con los espíritus. En cierta parte del artículo se dice lo siguiente:
“Dice Johannes Greber en la introducción de su Nuevo Testamento, registrado en 1937: «Yo mismo fui sacerdote católico. (…) No creía en la posibilidad de comunicarse con el mundo de los espíritus de Dios. Pero llegó el día en que di involuntariamente mi primer paso hacia tal comunicación, (…) Mis experiencias se relatan en un libro que apareció tanto en alemán como en inglés y lleva el título Communication with the Spirit-World: Its Laws and Its Purpose.» (Pág. 15, ¶ 2, 3) (…) Greber se esfuerza para que su Nuevo Testamento suene muy espiritualista”.
Para mostrar esto, a continuación se cita 1 Juan 4:1-3 según la versión de Greber, que dice (traducido al español):
“Mis queridos amigos, no crean a todo espíritu, sino prueben a los espíritus, para saber si vienen de Dios. Porque muchos espíritus falsos han emergido del abismo (…) y están hablando a través de médiums humanos”.
Tras mostrar este ejemplo de cómo la versión de Greber trata de tener un sabor espiritualista (y antes de mostrar cómo difiere la Traducción del Nuevo Mundo), se añade este último comentario al respecto:
“Queda muy manifiesto que el ex-sacerdote Gréber fue ayudado en su traducción por los espíritus en quienes él cree»(pág. 432)”.
Al leer el comentario en su contexto, se observa que no se pretende afirmar directamente que Greber hizo su traducción recurriendo al espiritismo, sino que más bien se sugiere que su creencia en esos espíritus influyó en su manera de traducir.
En el libro El Verbo- ¿Quién es? Según Juan, publicado en 1962, apareció en la página 5 una cita de Juan 1:1 «del Nuevo Testamento-Nueva Traducción y Explicación basada en los manuscritos más Antiguos por un sacerdote católico romano alemán llamado Juan Gréber, edición 1937”, para mostrar que otras traducciones concuerdan con la Traducción del Nuevo Mundo al traducir «la Palabra era un dios».
Para mostrar esto, que hay otras traducciones que vierten Juan 1:1 de forma parecida a la Traducción del Nuevo Mundo, se han citado diversas traducciones. Entre ellas se citó el Nuevo Testamento de Greber en las siguientes publicaciones: La Atalaya, 15-sept-1962, p. 554 (edición en inglés); Make Sure of all Things, 1965, p. 489 (Asegúrense de todas las cosas, pág. 491) y Aid to Bible Understanding, 1971, p. 1669. También se le citó con relación a la forma de traducir Mateo 27:52, 53 en La Atalaya 1-ene-1961, p. 30 (edición en inglés); Aid to Bible Understanding, 1971, p. 1134 (Ayuda para entender la Biblia, p. 1258), La Atalaya 15-oct-1975, p. 640 (edición en inglés; 1-mayo-76 en español), y La Atalaya 15-abril-1976, p. 231 (edición en inglés).
Por último, la edición en inglés de La Atalaya del 1 de abril de 1983, en la página 31, dice:
“Esta traducción se empleó ocasionalmente como apoyo para las traducciones de Mateo 27:52, 53 y Juan 1:1 tal y como se vierten en la Traducción del Nuevo Mundo y en otras versiones bíblicas reputadas. Pero, como se indica en un prólogo a la edición de 1980 de The New Testament de Johannes Greber, dicho traductor recurrió al “mundo espiritual de Dios” para buscar clarificación sobre cómo traducir pasajes difíciles. Allí se declara: “Su esposa, una médium del mundo espiritual de Dios, desempeñó a menudo un papel decisivo para transmitir respuestas de los mensajeros de Dios al Pastor Greber”. La Atalaya ha considerado impropio hacer uso de una traducción que tiene una relación tan estrecha con el espiritismo (Deuteronomio 18:10-12).”
Algunas acusaciones al respecto y sus respuestas
Algunos acusan a los redactores de La Atalaya y demás publicaciones de los testigos de Jehová de mentir en su explicación de 1983, pues las citas de 1955 y de 1956 supuestamente demuestran que los redactores ya sabían que Greber hizo su traducción mediante el espiritismo. Cierta fuente, incluso retoca una frase de la cita de 1956 para que quede así: “El ex-sacerdote Gréber cree que fue ayudado en su traducción por los espíritus”.
Eso no es cierto. En ninguna de esas citas se dice que Greber recurriera específicamente al espiritismo para realizar su traducción. Se afirma que Greber era espiritista, pero recordemos que fue su edición de 1980 la que reconoció que se había apoyado en el “mundo espiritual de Dios” para traducir algunos pasajes difíciles. En cambio, la página interior de la edición de 1937 del Nuevo Testamento de Johannes Greber afirma: “Una nueva traducción y explicación basada en los manuscritos más antiguos”. El manuscrito principal en que se basa la versión de Greber es el conocido como Codex Bezae. El Codex Bezae fue presentado por primera vez a la biblioteca de la Universidad de Cambridge en 1581 por Theodore Beza, quien no es ningún extraño para los críticos textuales ni para los calvinistas. El Codex data probablemente del sigo IV o cerca, lo que lo hace muy antiguo. Otros han hecho también traducciones a partir de este códice, como William Whiston (1745) y M.M. Wilson (1923).
En vista de esta evidencia, tal vez algunos críticos limiten su objeción a que no les parezca apropiado citar la versión de alguien que reconoce ser espiritista.
Cuando se pidió su testimonio a uno los redactores del libro Ayuda para entender la Biblia (ahora Perspicacia para comprender las Escrituras), el cual incluía dos menciones de la traducción de Greber, dijo que seguramente había leído los números de La Atalaya de 1955 y 1956 que mencionaban a Greber. Pero que en los 10 años que transcurrieron hasta que se empezó a preparar el libro Ayuda también había leído miles de artículos en las otras 240 revistas La Atalaya y 240 ¡Despertad! publicadas en esos años, además de otras publicaciones, y que ya no recordaba el nombre de Greber, igual que no recordaba los nombres del Doctor Rumble o Jean Brierre, mencionados en la misma página en el número de 1955, o los del obispo Samuel Fallows, mencionado en la misma página del número de 1956. Reconoce que ni él ni ningún miembro de la redacción hubieran citado a Greber de haber recordado que era espiritista
Ciertamente un error humano es comprensible, pues los redactores de las publicaciones de los testigos de Jehová son seres humanos. Por ejemplo, la edición en inglés de La Atalaya del 15-sep-1909, pág. 4473, dice:
“Algunos pudieran preguntar: ‘¿Afirman entonces ser infalibles y que cada frase que aparece en las publicaciones de la “Watch Tower” es absolutamente correcta? Con seguridad, no hacemos tal afirmación y nunca la hemos hecho. ¿Qué motivo pueden tener nuestros detractores al acusarnos de ello? ¿No están buscando establecer una falsedad que les de una excusa para atacar y distorsionar el juicio de otros?”.
No obstante, aunque un error humano es posible, podría argumentarse también que los pecados personales de alguien no necesariamente descalifican su traducción. Es decir: el hecho de que Greber practicara espiritismo no descalificaría su traducción siempre y cuando esta se basara en manuscritos originales y no en el espiritismo. Por eso, en el momento en que se admite que Greber recurrió al espiritismo para ciertos pasajes de su traducción, los redactores prefirieron dejar de citar esa versión como apoyo.
Curiosamente, también es cierto que otros han utilizado a Johannes Greber como apoyo (véase The Text of the New Testament, de Metzger, Bible Museum and Biblical Research Foundation y How to Choose Your Bible Wisely de Duthie).
Otros acusadores afirman que la traducción de Greber influyó en la forma en que la Traducción del Nuevo Mundo vierte Juan 1:1. ¿Es eso cierto?
Una consulta rápida de la primera edición en inglés, de 1950, revela que no es así. En el apéndice encontramos la mención y el uso de An American Translation, de Smith y Goodspeed, la Biblia de Moffatt, A Manual Grammar of the Greek New Testament de Dana y Mantey, The New Testament in an Improved Version upon the basis of Archbishop Newcome’s New Translation: with a Corrected Text, 1808 y Hechos 28:6 en la King James Version etc. De las anteriores, solo la Corrected Version de Newcome traduce “un dios” en Juan 1:1c, mientras que los demás ejemplos se utilizaron para promover el aspecto cualitativo de anarthrous THEOS.
También hay que tener en cuenta que en realidad solo la última frase de Juan 1:1, la parte “c”, se parece a la versión de Greber. La primera parte de la TNM en su edición de 1950 dice: “Originally the Word was…” (“Originalmente, la Palabra era…”).
Además, hay otros que han usado “un dios” en Juan 1:1c, por lo que el apoyo de Greber es perfectamente prescindible. Veamos algunos casos:
Traducción Interlineal al inglés Emphatic Diaglott: “En un principio era la Palabra, y la Palabra estaba con el Dios, y un dios era la Palabra”. Harwood, 1768, «y él mismo era una persona divina». Thompson, 1829, «el Logos era un dios. Reijnier Rooleeuw, 1694, «y la Palabra era un dios». Hermann Heinfetter, 1863, [Como] un dios era la Orden”. Abner Kneeland, 1822, «La Palabra era un Dios». Robert Young, 1885, (Concise Commentary) «[Y] un Dios (es decir, un Ser Divino) era la Palabra». 21st Century NT Literal, «En un principio era la [Marshal] [Palabra] y la [Marshal] [Palabra] estaba con el Dios y la [Marshal] [Palabra] era un dios». Belsham N.T. 1809 “la Palabra era un dios”. La Bible du Centenaire, L’Evangile selon Jean, by Maurice Goguel, 1928: “y la Palabra era un ser divino”. Leicester Ambrose, 1879, «Y el logos era un dios». J.N. Jannaris, 1901, y era un dios». George William Horner, 1911, “y (un) Dios era la palabra». James L. Tomanec, 1958, “la Palabra era un Dios». Siegfried Schulz, Das Evangelium nach Johannes, 1975, «Y un dios (o, de clase divina) era la Palabra». Madsen, 1994, «la Palabra era un Ser divino». Becker, 1979, «un Dios era el Logos». Stage, 1907, “La Palabra era ella misma un Ser divino”. Holzmann, 1926, «un Dios era el Pensamiento». Rittenlmeyer, 1938, «un Dios era la Palabra”. Smit, 1960, “la palabra del mundo era un ser divino”. Schultz, 1987, un Dios (o: un dios de clase) era la Palabra”. John Crellius, Latin form of German, 1631, «La Palabra de habla era un Dios». Greek Orthodox /Arabic translation, 1983, «la palabra estaba con Allah[Dios] y la palabra era un dios». Robert Harvey, D.D., 1931 «y el Logos era divino (un ser divino)».
El jesuita John L. McKenzie, 1965, escribió en su Dictionary of the Bible (Diccionario de la Biblia): «En rigor, Jn 1:1 debería traducirse (…) ‘la palabra era un ser divino’.
Otros, como Vine y Harris han reconocido que la traducción “un dios” es gramaticalmente posible. Así, vemos que la Traducción del Nuevo Mundo sí tiene apoyo para su forma de traducir este texto y no necesita apoyarse en Johannes Greber y su Nuevo Testamento. Sencillamente, no sabemos hasta dónde se basó en el Codees Bezae y dónde recurrió al “mundo espiritual”.
(No es el propósito de este artículo considerar la forma de traducir Juan 1:1. Para ver una lista más amplia de versiones que concuerdan con la Traducción del Nuevo Mundo así algunos comentarios al respecto, puede pulsarse aquí.)
Además de todo esto, cualquiera que utilice un poco sus facultades de raciocinio podría objetar: “Si Greber era su fuente y su apoyo, ¿por qué denunciarlo en 1955?”.
Hay otros acusadores que afirman que la entera Traducción del Nuevo Mundo se basa en la traducción de Greber.
Además de lo que ya se ha dicho anteriormente que rebate tal absurda y deshonesta acusación, podemos añadir algo más, y es que de hecho, encontramos que el Nuevo Testamento de Greber tiene más parecido con las traducciones de otras religiones. Fijémonos en la portada:
El Nuevo Testamento de Greber utiliza la cruz, tanto en imágenes como en el texto de la traducción, algo que se parece más a las traducciones de las principales iglesias que a la Traducción del Nuevo Mundo, que nunca utiliza la cruz. Un examen más detenido nos ayudará a ver que la versión de Greber tiene mucho en común con traducciones que no son de los testigos:
Texto
TNM
NT de Greber
Reina Valera
Biblia de Jerusalén
Mat. 27:32
Stake (madero)
cross (cruz)
cruz
cruz
Luc. 23:43
puntuación después de «hoy»
puntuación antes de «hoy»
puntuación antes de «hoy»
puntuación antes de «hoy»
Juan 8:58
I have been (yo he sido)
I am (yo soy)
yo soy
yo Soy
Juan 1:12
exercise faith (ejercen fe)
Believe (creen)
creen
creen
Rom. 9:5
la lectura separa a Dios de Cristo
la lectura separa a Dios de Cristo
la lectura une a Dios con Cristo
la lectura separa a Dios de Cristo
Rom. 10:13
Jehovah (Jehová)
Lord (Señor)
Señor
Señor
Col. 1:16
«other» («otras») interpolada
«other» NO interpolada
«otras» NO interpolada
«otras» NO interpolada
Mientras que el Nuevo Testamento de Greber se usa en contra de la Traducción del Nuevo Mundo con relación a Juan 1:1, esta tabla muestra que en realidad tiene mucho en común con la Biblia de Jerusalén o con la Reina Valera.
Por supuesto, este es un sondeo muy poco científico, pero la idea que se pretende transmitir es que uno puedes hacer que cualquier versión tenga puntos en común con aquella a la que se quiere atacar.
En un estudio de 64 textos tomados del libro de Juan, el Nuevo Testamento de Greber coincide con la King James Versión (la Versión del Rey Jacobo, una de las más extendidas en inglés) 24 veces más que con la Traducción del Nuevo Mundo.
Hay otros enemigos de los testigos de Jehová que llegan incluso al extremo de afirmar que la Traducción del Nuevo Mundo la hizo un tal Johannes Greber valiéndose del espiritismo. Si hacen esta afirmación tan grotescamente falsa por ignorancia o por maldad, es algo que solo ellos y Jehová saben.
Ejemplos de lo fácil que es demonizar una traducción
Aparentemente, todas estas acusaciones buscan sencillamente el objetivo de demonizar la versión de la Biblia que los Testigos utilizan más a menudo. Tratan de sembrar el miedo y la desconfianza en las personas al asociar la Traducción del Nuevo Mundo con el espiritismo. En realidad, acusar es muy fácil. Vamos a ver algunos ejemplos reales de este tipo de acusaciones:
“Los dos primeros, B.F. Westcott y F.J.A. Hort, hablan de su club, el Ghostly Guild (asociación de los espíritus), en sus biografías. Fueron en realidad los padres del movimiento de canalización Nueva Era, su Ghostly Guild se convirtió en la infame Society for Psichical Research (Sociedad para la investigación psíquica).
«El tercer traductor que confesó su relación fue J.B. Phillips, autor de la Phillips Translation. Su autobiografía detalla su necromancia y su comunicación con los muertos.
«La última y más reciente revelación de ese “hacer caso a los espíritus engañosos” tiene que ver con la Dra. Virginia Mollenkott de la New International Version. Su libro, Sensuous Spirituality (Espiritualidad sensual), cuenta historias sobre la guía que le dieron los espíritus y su contacto con su madre muerta. (…) Las enseñanzas de demonios que le siguen incluyen su admitida relación con la adivinación mediante el uso de cartas del tarot y el I Ching”.
(‘Which Bible is God’s Word’ [‘Qué Biblia es la Palabra de Dios’], de Gail Riplinger, pág. 81.)
Muchos consideran que escritos como este no son muy fiables. Pero si fuese cierto que los anteriores tuvieron relación con el mundo de los espíritus, gran parte del mundo estaría en peligro de acuerdo con los opositores de los testigos de Jehová, pues los acusados en ese párrafo representan la mayor parte de las ventas de Biblias en inglés.
Incluso versiones más antiguas tampoco serían seguras si damos crédito a las acusaciones vertidas sobre Orígenes:
“El Antiguo Testamento en seis columnas de Orígenes, el Hexapla, tiene un paralelo en versiones del Nuevo Testamento de Teodosiano, Simaco y Áquila, los tres ocultistas gnósticos” (Ibid., pág. 79).
Pero aún hay más:
“Pero, ¿es solo el orgullo humano el que motivó estas tergiversaciones, o es algún poder maligno sobrenatural que guía las manos de estas personas mientras quitan y añaden a la Palabra de Dios? A continuación se incluyen algunos resultados de este ataque satánico contra la Biblia”.
Lo anterior lo escribió un pastor del sitio jesus-is-lord.com, e incluye la New American Standard Bible en su ataque. Ni siquiera la Versión del Rey Jacobo estaría libre de sospecha, según esta siguiente cita:
“No hay nada “nuevo” sobre el logotipo de la NKJV (New King James Versión; Nueva Versión del Rey Jacobo). Es un símbolo “666” de la trinidad pagana que se utilizaba en los antiguos misterios egipcios. También fue usado por el satanista Aleister Crowley a principios del siglo XX. El símbolo puede verse en la New King James Bible, en ciertos discos de rock (como los de Led Zeppelín) en la portada de libros de la Nueva Era como The Aquarian Conspiracy (La conspiración de Acuario) (véase el tratado de Riplinger sobre la NKJV)”.
Lo único que se pretende mostrar con estas citas, es que si alguien realmente quiere desacreditar a alguien o algo, puede encontrar argumentos. Los ateos lo hacen constantemente. Los opositores de la Traducción del Nuevo Mundo tan solo ayudan a los ateos en sus ataques contra la Palabra de Dios.
Por ejemplo, ¿es infrecuente que católicos como Johannes Greber se envuelvan en el espiritismo? No. Un libro informa:
“¿Ha estado alguna vez la Iglesia Católica en comunicación con seres espirituales del más allá? (…) En la historia de la Iglesia Católica hay muchos relatos de mensajes transmitidos por las almas de los difuntos. La veracidad de tales relatos está sujeta a las leyes habituales de criticismo histórico, y algunos de ellos han resultado ser dudosos. Por norma general, Dios solo permite ocasionalmente que un alma comunique de forma momentánea una advertencia o una petición de rezos, pero nada fantástico. Así mismo, los mensajes son espontáneos, y no debidos a los esfuerzos de personas curiosas que pretenden que los muertos les transmitan la verdad. La Iglesia pone a prueba los mensajes recibidos, o que se afirma haber recibido, a fin de discernir si los responsables de la comunicación son espíritus buenos o malos. (1) El mensaje de ninguna manera debe estar en conflicto con la enseñanza católica o con los principios morales. Gal. I,9”.
(Traducción de las páginas 73, 74 del libro Radio Replies, de Rumble y Carty, con el Imprimatur del arzobispo J. G. Murray, de St. Paul, Minnesota, Estados Unidos, del 11 de febrero de 1938, y con un prefacio del monseñor Fulton J. Sheen, D. D [9ª edición, de 1939]).
En América Central y del Sur, la mezcla de creencias católicas con el vudú es una práctica corriente. También aumenta el interés por la santería. De hecho, a lo largo de la Historia, la Iglesia Católica ha introducido elementos paganos en el cristianismo; y también en la Biblia, como la cruz (traducida de la palabra stauros, que significa “madero”), la Trinidad (por ejemplo al añadir la Comma Iohanneum) y la Navidad (como los tres reyes magos en vez de los astrólogos).
¿Significa todo esto que debemos rechazar todas las traducciones católicas de la Biblia? No. De hecho, hay excelentes traducciones católicas como la Biblia de Jerusalén. La Biblia es Palabra de Dios, es THEOPNEUSTOS, inspirada de Dios (2 Timoteo 3:16), y no está “secuestrada” por demonios.
“Las palabras de Yahveh son palabras sinceras, plata pura, de ras de tierra, siete veces purgada. Tú, Yahveh, los guardarás, los librarás de esta ralea para siempre”. Salmo 12:6, 7; Biblia de Jerusalén.
Esto no significa que no haya habido leves corrupciones a lo largo del tiempo, pero la mayoría tienen que ver con el orden de palabras y no afectan el mensaje de la Biblia. Argumentar de otro modo, es argumentar contra la divina providencia. Es perfectamente correcto criticar ciertos elementos de una traducción, pero ciertamente nunca condenaríamos el uso de la Versión del Rey Jacobo, ni la New American Standard Bible, ni la Biblia de Jerusalén, ni la Reina Valera, ni la Traducción del Nuevo Mundo, etc. En realidad, usar más de una traducción ayuda a tener mejor comprensión del griego y hebreo originales. Todas son palabra de Dios, y podemos dar gracias a Dios por proteger su palabra como lo ha hecho.
¡La mejor Biblia es la que se lee!