Se trata de un paciente que, por cuestiones religiosas, no recibe transfusiones. Fue en febrero pasado. Nunca se había hecho algo similar en la ciudad. La práctica quirúrgica la realizó un equipo de la Fundación Favaloro.
Después del quirófano. Antelaf y Cristina, en una sala común, tras cinco horas de una operación compleja.
Cuando la ciencia es bien aplicada, se pueden salvar vidas. Y pasó en Trelew. Jorge Antelaf es testigo de Jehová y en su religión están prohibidas las transfusiones de sangre. Pero la tecnología más avanzada terminó superando los principios bíblicos. Es que esa persona pudo operarse del corazón sin recibir dadores y gracias a una pequeña válvula disfruta con su familia de los placeres cotidianos.
Antelaf entró al quirófano el 27 de febrero. Un equipo de especialistas, formado en la Fundación Favaloro, lo recibió. Y durante 5 horas el practicante estuvo en las manos de los profesionales, aunque con la fe puesta en Dios. Su familia siguió segundo a segundo la operación y cuando alrededor de las 15.15 uno de los cardiólogos se acercó a ellos y le dijo, “la operación fue un éxito, el paciente está bien”, se fundieron en un abrazo.
Es la primera vez que sea realiza esta práctica de corazón abierto sin dadores en Trelew y en un paciente que ya fue operado hace 20 años de lo mismo. Según describió Marcelo Nahin, médico que operó a Antelaf, “fue una operación riesgosa porque esta persona ya fue operada de lo mismo hace 20 años, o sea, se trató de una reoperación”, que implica un doble compromiso. El lugar de emociones fue el centro de cardiovascular “Pueblo de Luis”.
“Este caso es una reoperación cardíaca, o sea, no es una cirugía cardíaca de primera vez. Es un hombre que se operó exactamente hace 20 años en el sanatorio Güemes de la Ciudad de Buenos Aires. Aquella vez se le puso una válvula cardíaca mecánica. Esa válvula le duró 20 años”, por eso “hubo necesidad de cambiarla” ya que “empezó a fallar”, explicó Nahin sobre la práctica. En esta línea agregó: “Él tenía una válvula mecánica monodisco, que se dejó de usar, pero hace 20 años era la que estaba en el mercado. La que se puso ahora es bi-disco, porque tiene dos discos, son dos las puertitas que abren” y permiten el flujo de sangre.
“Las reoperaciones cardíacas tienen mayor complejidad, mayor grado de complicaciones y sangrado que aquellas que se hacen por primera vez. En este caso se dio la particularidad que hicimos la reoperación en un paciente que no puede recibir transfusiones de sangre porque es testigo de Jehová”, explicó el profesional.
Y consideró que se trata “del primer testigo de Jehová que operamos en Trelew respecto a cirugía cardíaca. Creemos que es también en la Patagonia”. En este marco, el médico comparó que cuando se trabaja en “un paciente sometido a cirugía por primera vez, pedimos de entre 10 a 12 dadores de sangre. Acá no sólo fue de segunda vez y que sangra muchísimo, sino que los dadores fueron cero”.
Con Antelaf, explicó Nahin, “se trajo un recuperador celular, save cell, que sería como guarda de las células que es un aparato que recupera algunos glóbulos rojos del campo quirúrgico y eso se puede volver a transfundir. Se vuelve a utilizar la sangre del paciente”, clarificó.
El método
Más allá de que no hubo transfusión de sangre, todo el éxito pasa por el cambio de métodos. Se reemplazaron válvulas. “La válvula monodisco que sacamos produce mucho torbellino en la sangre porque tiene un sólo disco. Y produce el crecimiento del tejido Pannus que fue el que la obstruyó. Las válvulas biliflet, al tener mayor apertura, tienen mejor performance hemodinámica y no genera ese crecimiento del tejido”, detalló el profesional.
“La reoperación cardíaca –comentó el médico- tiene mucho mayor riesgo porque después de la primera cirugía el corazón se pega al hueso, y en la segunda hay que abrir el hueso nuevamente con una cierra especial. En la primera cirugía se usa una cierra de corte directo donde en 10 segundo el hueso se abre. Para esta cirugía, como el corazón está pegado a la cara posterior del hueso esternón, se usa una cierra oscilante, que es muy parecida a las que se usan para retirar yesos; pero para que pase esta cierra se tarda más o menos entre 30 o 40 minutos. Supongamos, si la cierra toca el corazón que está pegado debajo del hueso, se termina la cirugía. Por eso hay que ser delicado y detallista”.
En cuanto al proceso de recuperación, “las primeras 48 horas son críticas y un alta estándar en la cirugía cardíaca es a los 7 días”, precisó el médico. La operación cuesta aproximadamente 35 mil pesos “sin contar el recuperador de sangre”, comentó Nahin. que tiene un valor aparte.#
FUENTE: http://www.diariojornada.com.ar
UNA VEZ MAS EL NOMBRE DE JEHOVA SE HA PUESTO EN ALTO DONDE MERECE ESTAR SIEMPRE. SABRAN QUE POR FIN, EL EJERCITO DE LOS ESTADOS UNIDOS HAN EMPESADO A ESTUDIAR LOS METODOS PARA TRATAR A LOS HERIDOS DE QUERRAS SIN SANGRE EN CASOS DE OPERACIONES COMO LA DEL HERMANO ANTELAF Y OTRAS. ESTA PROBADO QUE ES UN EXITO TOTAL EL QUE OPEREN SIN SANGRE. ES MENOS COSTOSO, EL PACIENTE SE RECUPERA MAS RAPIDO Y MAS QUE OTRA COSA, NO SE DESOBEDESE LA LEY DE JEHOVA DE ABSTENERSE DE LA SANGRE, (HECHOS 15:20 & 29).
Gracias Jehová, por tener estos lindos testimonios, de los hermanos que te aman.
Gracias a Jehova todo salio bien, gracias por compartir con nosotros experiencia animadoras como estas, seguramente nuestros hermanos se animaran mas a permitir intervenciones como estas sigan publicando experiencias que nos animan y a la vez testimonios para los médicos que difícilmente cooperan con nosotros .
Nuevamente Gracias y Saludos al Hermano Antelaf y a su familia.
Reciban todos nuestro Amor Cristiano