Puntos sobresalientes del libro de Romanos 13-16w08 15/6 págs. 29-31 Puntos sobresalientes de la carta a los RomanosEL HECHO DE HABER SIDO DECLARADOS JUSTOS TIENE QUE REFLEJARSE EN NUESTRA VIDA (Rom. 12:1—16:27)[…]Más adelante dice: «Toda alma esté en sujeción a las autoridades superiores» (Rom. 13:1). En lo que tiene que ver con cuestiones de conciencia, Pablo anima a los cristianos a ‘no juzgarse unos a otros’ (Rom. 14:13).
Respuestas a preguntas bíblicas:13:1. ¿En qué sentido «están colocadas por Dios en sus posiciones relativas» las autoridades superiores? En el sentido de que las autoridades gobiernan por permiso de Dios. Cuando él previó la existencia de algunos gobiernos e hizo registrar en la Biblia profecías sobre ciertos gobernantes, pudiera decirse que estas autoridades fueron «colocadas por Dios en sus posiciones relativas».
w90 1/8 págs. 24, 25 Los romanos reciben las mejores nuevas
Roma era el centro del poder político en los días de Pablo. Por eso, sabiamente Pablo aconsejó a los cristianos: “Toda alma esté en sujeción a las autoridades superiores, porque no hay autoridad a no ser por Dios”. (Romanos 13:1.) Los tratos entre los cristianos también son parte del vivir de acuerdo con la justicia. “No deban a nadie ni una sola cosa —dijo Pablo—, salvo el amarse unos a otros; porque el que ama a su semejante ha cumplido la ley.” (Romanos 13:8.)Además, cada cristiano debe mostrar consideración a la conciencia de los demás, y no juzgar. Pablo exhorta: “Sigamos tras las cosas que contribuyen a la paz y las cosas que sirven para edificación mutua”. (Romanos 14:19.) ¡Qué excelente consejo para aplicarlo en todo aspecto de la vida del cristiano! Entonces, en el capítulo 16, Pablo concluye con saludos personales y palabras finales de estímulo y consejo.w02 1/11 págs. 17-18 párr. 13Cristianos neutrales en los últimos días13 ¿Cómo debemos ver a los gobernantes del mundo? Pablo respondió a esa pregunta cuando escribió: “Toda alma esté en sujeción a las autoridades superiores, porque no hay autoridad a no ser por Dios; las autoridades que existen están colocadas por Dios en sus posiciones relativas” (Romanos 13:1, 2). Puesto que el Todopoderoso se lo permite, los seres humanos ocupan posiciones de autoridad “relativas” (de mayor o menor importancia en el ámbito humano, pero siempre inferiores a la de Jehová). La sujeción a las autoridades seglares es un aspecto de nuestra obediencia a Jehová. Ahora bien, ¿y si surge un conflicto entre los requisitos de Dios y los de un gobierno humano?w02 15/1 pág. 20 párrs. 22-23Sigamos desplegando bondad22 Es muy probable que conozcamos experiencias que demuestran el valor de actuar con bondad. Una manera especialmente importante de “[seguir] haciendo el bien” es proclamar con regularidad las buenas nuevas del Reino de Dios (Mateo 24:14). Continuemos efectuando con celo esta valiosa actividad, conscientes de que es una manera de hacer el bien, sobre todo a los que responden favorablemente. Más importante aún: nuestro ministerio y buena conducta glorifica a Jehová, la mismísima fuente de la bondad (Mateo 19:16, 17).Sigamos el modelo que puso Jesús20 Pablo escribió a la congregación de Roma: “Vístanse del Señor Jesucristo, y no estén haciendo planes con anticipación para los deseos de la carne” (Romanos 13:14). Los cristianos se visten de Jesús, como si de una prenda se tratara. Procuran imitar sus cualidades y acciones hasta el grado de convertirse en un reflejo —aunque imperfecto— de su Amo (1 Tesalonicenses 1:6).21 Lograremos ‘vestirnos del Señor Jesucristo’ si nos familiarizamos con su vida y nos esforzamos por vivir como él, imitando su humildad, su amor a la justicia, su odio hacia la impiedad, su amor por sus hermanos, su renuncia a formar parte del mundo y su aguante paciente ante el sufrimiento. No hacemos “planes con anticipación para los deseos de la carne”, es decir, no nos centramos en alcanzar objetivos que satisfagan los deseos carnales. Más bien, antes de tomar una decisión o abordar un problema, cada uno de nosotros se pregunta: “¿Qué haría Cristo? ¿Cómo le gustaría que reaccionara?”.22 También podemos imitar a Jesús “predicando las buenas nuevas” con empeño (Mateo 4:23; 1 Corintios 15:58). Esta es otra forma en la que los cristianos seguimos el modelo que puso Cristo. El siguiente artículo analiza este tema.km 4/01 pág. 1 párrs. 3-4 – ¿Qué debe determinar nuestros planes para el futuro?3 “Vístanse del Señor Jesucristo”. Una manera de determinar si nuestros planes para el mañana giran alrededor de los intereses del Reino es examinar nuestras conversaciones. ¿Tratan siempre de los bienes materiales y los intereses mundanos? Si es así, debemos analizar si nuestro corazón está dejando de centrarse en los valores espirituales. Tal vez debamos conceder mayor importancia a ‘vestirnos del Señor Jesucristo, y no estar haciendo planes con anticipación para los deseos de la carne’ (Rom. 13:14).4 Los jóvenes pueden ‘vestirse de Cristo’ preparándose de antemano para el día en que emprendan el ministerio de tiempo completo. Un muchacho que deseaba ser precursor regular fue criado en una cultura donde la costumbre imperante es que los varones jóvenes traten de tener seguridad económica. Por ello, se dedicó por completo a los negocios, hasta el punto de que su asistencia a las reuniones y su participación en el ministerio se hicieron rutinarias. En cambio, una vez que empezó a confiar en las palabras de Jesús consignadas en Mateo 6:33 y dejó una carrera que no lo conducía a ninguna parte, emprendió el servicio de tiempo completo. Ahora sirve a Jehová con buena conciencia y, como él dice, ‘aprovechando todo su potencial’.(Romanos 14:2) Un [hombre] tiene fe para comer de todo, pero el que es débil come legumbres.w04 1/9 págs. 9, 10 párrs. 5-6; 9,10Glorifiquemos a Dios “con una sola boca”5 En su carta a los Romanos, Pablo trata una situación sobre la que existían discrepancias. Leamos sus palabras: “Un hombre tiene fe para comer de todo, pero el que es débil come legumbres”. ¿Por qué sucedía tal cosa? Pues bien, la Ley mosaica prohibía comer cerdo (Romanos 14:2; Levítico 11:7). Sin embargo, tras la muerte de Jesús, dicha Ley quedó abolida (Efesios 2:15). Tres años y medio después de morir Jesús, un ángel manifestó al apóstol Pedro el criterio divino: ningún alimento debía considerarse contaminado (Hechos 11:7-12). De modo que algunos cristianos judíos, teniendo en cuenta estos factores, quizá pensaran que era permisible consumir carne de cerdo u otros alimentos prohibidos por la Ley.6 Ahora bien, es posible que la sola idea de consumir aquellos alimentos anteriormente inmundos les pareciera repulsiva a otros cristianos judíos más sensibles, los cuales quizá se escandalizaran de modo instintivo al ver a sus hermanos de origen judío comiéndolos. Por otra parte, algunos cristianos gentiles, cuya formación religiosa probablemente jamás les había impuesto restricciones dietéticas, tal vez se extrañaran de que alguien hiciera de la comida un motivo de polémica. Claro, no había nada malo en abstenerse de ciertos alimentos, siempre y cuando no se insistiera en que tal abstinencia fuera necesaria para obtener la salvación. Con todo, los distintos criterios podían con facilidad avivar la controversia en el seno de la congregación. Los cristianos de Roma debían tener cuidado para que tales diferencias no les impidieran glorificar a Dios “con una sola boca”. […]9 Como vemos, el apóstol argumenta que, mientras no haya una clara violación de los principios cristianos, la diversidad de criterios no tiene por qué amenazar la unidad. De ahí que pregunte a los cristianos de conciencia débil: “¿Por qué juzgas a tu hermano?”. Asimismo, a los más fuertes (quizá aquellos cuya conciencia les permite trabajar en sábado o comer alimentos prohibidos por la Ley) les dice: “¿O por qué también menosprecias a tu hermano?” (Romanos 14:10). El apóstol explica que el cristiano cuya conciencia es débil no tiene derecho a condenar a otros hermanos de criterio menos restrictivo. Al mismo tiempo, los cristianos fuertes no deben menospreciar a quienes aún tienen una conciencia débil en ciertos campos. Todo siervo de Dios debe respetar los buenos motivos de los demás y “no [pensar] más de sí mismo de lo que sea necesario pensar” (Romanos 12:3, 18).10 Pablo expuso así el punto de vista equilibrado: “El que come no menosprecie al que no come, y el que no come no juzgue al que come, porque Dios ha recibido con gusto a ese”. Y agregó: “Cristo también nos recibió con gusto a nosotros, con gloria a Dios en mira”. Puesto que Dios y Cristo aceptan tanto a los fuertes como a los débiles, nosotros hemos de imitarlos y “[recibirnos] con gusto unos a otros” (Romanos 14:3; 15:7). ¿Quién se atrevería a negar este hecho?(Romanos 14:5) Un [hombre] juzga un día como superior a otro; otro juzga un día como todos los demás; cada uno esté plenamente convencido en su propia mente.cl cap. 10 págs. 105-106 párr. 20 ‘Hagámonos imitadores de Dios’ en el uso del poder20 ¿Conlleva servir con toda el alma que todos dediquemos al ministerio la misma cantidad de tiempo y energías? No, pues las circunstancias y las aptitudes personales varían. Por ejemplo, a un joven robusto tal vez le sea posible dedicar más horas a la predicación que a un publicador con las fuerzas mermadas por la edad. Igualmente, un soltero sin cargas familiares pudiera hacer más que el hermano que sí las tiene. Debemos estar muy agradecidos si las energías y circunstancias nos permiten hacer mucho en la obra, pero no debemos adoptar una actitud crítica ni compararnos con los demás (Romanos 14:10-12). Más bien, usemos nuestro poder para fortalecerlos.(Romanos 14:14) Yo sé, y de ello estoy persuadido en el Señor Jesús, que nada de sí mismo es contaminado; solo cuando el hombre considera que algo es contaminado, para él es contaminado.w02 15/6 págs. 15-16 párrs. 16-17 Sigamos el modelo real16 Cuando estudie, evite el enfoque que suelen dar a su investigación muchos de los llamados eruditos bíblicos. Estos se centran excesivamente en el análisis de textos, como si la Biblia fuera de origen humano. Algunos dicen que cada uno de los libros se escribió para un público determinado o intentan establecer el objetivo y el supuesto punto de vista que tenía presente el escritor de cada libro. Tal razonamiento humano puede hacer que terminemos viendo los libros bíblicos como simple historia o como el reflejo de enfoques religiosos en continuo cambio. Otros eruditos se concentran en estudios terminológicos, como la filología de la literatura bíblica. Les interesa más el estudio del origen de los términos y el significado de las palabras griegas y hebreas que la trascendencia del mensaje divino. ¿Piensa usted que tales enfoques nos ayudarán a tener una fe profunda y motivadora? (1 Tesalonicenses 2:13.)17 ¿Son siquiera válidas las conclusiones de los eruditos? ¿Será verdad que cada libro bíblico tiene solo un objetivo básico o va dirigido únicamente a un público determinado? (1 Corintios 1:19-21.) Lo cierto es que los libros de la Palabra de Dios tienen un valor permanente para gente de todas las edades y antecedentes. Incluso si se dirigieron originalmente a una persona, como Timoteo o Tito, o a un grupo particular, como los gálatas o los filipenses, son libros que todos podemos y debemos estudiar. Son importantes para cada uno de nosotros, y cualquiera de ellos puede tratar muchos temas y beneficiar a distintos públicos. En efecto, el mensaje de la Biblia es universal, lo que nos ayuda a entender por qué se ha traducido a idiomas de todo el mundo (Romanos 15:4).w02 15/11 pág. 10 párrs. 5-6Los cristianos nos necesitamos unos a otros5 Los matrimonios cristianos están entre los que se complacen en ayudar a sus compañeros espirituales. Así lo hicieron Áquila y su esposa, Priscila (Prisca), quienes alojaron a Pablo en su casa, trabajaron con él haciendo tiendas de campaña y colaboraron con él en fortalecer a la nueva congregación de Corinto (Hechos 18:1-4). Hasta arriesgaron la vida por el apóstol de alguna forma que no se especifica. Vivían en Roma cuando Pablo escribió a los cristianos de aquella ciudad estas palabras: “Den mis saludos a Prisca y a Áquila mis colaboradores en Cristo Jesús, los cuales por mi alma han arriesgado su propio cuello, a quienes no solo yo, sino todas las congregaciones de las naciones, dan gracias” (Romanos 16:3, 4). En nuestros días también hay cristianos que, como aquella pareja, fortalecen a las congregaciones y ayudan a sus hermanos de varias maneras, en ocasiones hasta arriesgando la vida para protegerlos del trato brutal o la muerte a manos de los perseguidores.6 Áquila y Priscila también ayudaron a Apolos, un cristiano elocuente que enseñaba a los habitantes de Éfeso acerca de Jesús. Al principio, Apolos solo conocía el bautismo de Juan, en símbolo de arrepentimiento por los pecados contra el pacto de la Ley. Como percibieron que necesitaba ayuda, Áquila y Priscila “le expusieron con mayor exactitud el camino de Dios”. Con toda probabilidad le explicaron que el bautismo cristiano consistía en sumergirse en agua y recibir el espíritu santo. Apolos debió de comprenderlo bien, pues más tarde, estando en Acaya, “ayudó mucho a los que habían creído a causa de la bondad inmerecida de Dios; porque con intensidad probó cabalmente en público que los judíos estaban equivocados, mientras demostraba por las Escrituras que Jesús era el Cristo” (Hechos 18:24-28). Los comentarios de nuestros hermanos cristianos suelen mejorar nuestra comprensión de la Palabra de Dios. En este sentido también nos necesitamos unos a otros.(Romanos 16:8-9) Den mis saludos a Ampliato mi amado en [el] Señor. 9 Saluden a Urbano nuestro colaborador en Cristo, y a mi amado Estaquis.